¿Qué es la hipertensión no controlada?

La hipertensión no controlada se refiere a la presión arterial alta que no ha sido tratada o que no responde a los métodos de tratamiento convencionales. La presión arterial alta se caracteriza por valores iguales o superiores a 140/90 mm Hg. Cuando los niveles no bajan debido a la falta de atención o tratamientos ineficaces, esto se considera hipertensión no controlada y es una condición médica grave.

La presión arterial alta, o hipertensión, es un factor de riesgo importante en varias afecciones graves, como accidente cerebrovascular, ataque cardíaco y ciertos cánceres. También puede complicar otras afecciones médicas o embarazos. En la mayoría de las personas, la presión arterial alta no presenta ningún síntoma hasta las últimas etapas y pasa desapercibida y sin tratamiento durante, a veces, meses o incluso años. Los síntomas de la hipertensión incontrolada en una etapa posterior incluyen mareos, náuseas y vómitos, dolores de cabeza, dolor en el pecho, visión borrosa, ataque cardíaco, accidente cerebrovascular o muerte.

Los pacientes generalmente son monitoreados para detectar la presión arterial alta en las visitas médicas de rutina, pero aquellos que no asisten a los controles anuales recomendados pueden no saber acerca de su hipertensión no controlada hasta que sea demasiado tarde. Es por eso que la presión arterial alta se llama el «asesino silencioso». Por esta razón, es importante que todas las personas tengan visitas regulares al médico para controlar los niveles de presión arterial, la función cardíaca y la salud en general.

La hipertensión no controlada durante el embarazo, también llamada preeclampsia, es una afección potencialmente mortal que puede provocar la muerte de la madre y el niño. Generalmente ocurre durante la última mitad del embarazo y principalmente en el tercer trimestre. Los medicamentos pueden ayudar, pero a veces se requiere la inducción del trabajo de parto, ya que la presión arterial generalmente se estabiliza poco después del parto. Esto puede poner al niño en grave riesgo si el embarazo no llega a término.

La mayoría de las veces, los medicamentos son eficaces para tratar la presión arterial alta. Los pacientes pueden evitar la hipertensión no controlada tomando sus recetas a tiempo todos los días, siguiendo un plan de dieta saludable según las indicaciones de su médico o nutricionista y evitando altos niveles de estrés cuando sea posible. La presión arterial debe monitorearse de cerca durante toda la vida del paciente para asegurarse de que el tratamiento aún esté funcionando, o para comenzar otros adicionales si la hipertensión no responde.

Aunque generalmente no hay síntomas para la hipertensión no controlada en etapa temprana, existen formas de prevenirla. El estrés y la ansiedad deben monitorearse y controlarse, principalmente en aquellos con trastornos de ansiedad o depresión. Se pueden hacer cambios en la dieta para disminuir las posibilidades de presión arterial alta y pueden incluir reducir la cantidad de sodio y grasas saturadas que se consume. También es importante hacer la cantidad adecuada de ejercicio, al igual que beber suficientes líquidos. La deshidratación puede hacer que la sangre se vuelva más espesa, lo que puede contribuir a aumentar o empeorar la presión arterial alta.