Una alergia al polvo es una alergia a ciertas proteínas que se encuentran en el polvo doméstico. El polvo es en realidad una acumulación de una amplia variedad de sustancias, que incluyen moho, caspa de mascotas, ácaros del polvo y restos de insectos como las cucarachas. Cualquier cantidad de estas sustancias puede desencadenar una reacción alérgica, provocando una alergia al polvo. Las alergias al polvo son muy comunes y hay varias formas de manejarlas, por lo que no hay razón para sufrir alergias causadas por el polvo.
Muchas personas con alergia al polvo experimentan síntomas como secreción nasal, ojos llorosos, estornudos, tos, picazón en los ojos, dificultad para respirar o una exacerbación del asma existente. Algunas personas desarrollan dificultad para respirar, urticaria en la piel y reacciones alérgicas más graves cuando se exponen al polvo. La alergia es causada por una confusión en el sistema inmunológico que lleva al sistema inmunológico a reaccionar de forma exagerada cuando se expone a ciertas proteínas, provocando una serie de síntomas de alergia en cascada.
Si se sospecha una alergia al polvo, se recomienda una visita al médico para confirmar. Los especialistas en alergias pueden realizar una serie de pruebas que determinan la sensibilidad a alérgenos clave y también pueden analizar formas de controlar la alergia al polvo. El uso de medicamentos para la alergia para reducir la reacción del sistema inmunológico puede ayudar, al igual que los medicamentos para el asma, para las personas que padecen dificultades respiratorias. La inmunoterapia en forma de una serie de inyecciones para reducir la sensibilidad también se puede usar para tratar la alergia al polvo.
También hay medidas que se pueden tomar en casa para reducir la cantidad de polvo en la casa, manteniendo a las personas alérgicas más cómodas. Se recomienda encarecidamente utilizar un filtro de aire, ya que el filtro puede extraer las partículas que causan la alergia. Mantener la humedad baja también es una buena idea, y en regiones con humedad naturalmente alta, puede ser necesario usar un deshumidificador. Idealmente, la humedad debería estar por debajo del 55%.
El lavado regular de todas las telas de una casa mantendrá bajos los ácaros del polvo, y las cosas como las almohadas y los colchones deben envolverse en un empaque a prueba de ácaros para que los ácaros del polvo no puedan asentarse en el interior, lo que agrava las alergias. Muchas empresas venden envoltorios de colchones y almohadas que son muy fáciles de instalar. Las personas alérgicas también pueden considerar reemplazar las cortinas de tela con persianas o cortinas, o usar cortinas que se puedan quitar y lavar con regularidad, y también se recomienda reemplazar las alfombras de pared a pared con un material de piso duro como baldosas o madera.
Las personas con alergia al polvo también deben tener cuidado al limpiar. Usar una mascarilla para aspirar, barrer y realizar otras tareas de limpieza puede reducir la cantidad de polvo inhalado, al igual que el uso de aspiradoras con filtración de aire. Limpiar con regularidad para mantener el polvo al mínimo es una buena idea, pero es importante tener en cuenta que la limpieza levanta el polvo, lo que puede hacer que una habitación sea incómoda durante unas horas después de la limpieza.