¿Qué es un angiograma renal?

Un angiograma renal o arteriograma renal es un estudio de imágenes de las arterias que suministran sangre a los riñones. Este tipo de estudio por imágenes se solicita cuando un paciente tiene problemas renales o se cree que corre el riesgo de padecer un trastorno renal. Se lleva a cabo en un hospital o clínica con instalaciones para angiografía, y el tiempo requerido para el procedimiento varía. Por lo general, se recomienda a los pacientes que hagan arreglos para que los lleven a casa después del procedimiento, ya que pueden sentirse aturdidos.

Hay varias razones para solicitar una angiografía renal. Un médico puede sospechar que las venas están estenosadas o bloqueadas, o que se está produciendo un hinchamiento conocido como aneursym. Los tumores pueden presionar el suministro de sangre e interrumpirlo, y otros problemas renales pueden provocar alteraciones en los vasos que suministran sangre a los riñones. También se puede solicitar una angiografía renal si un paciente tiene hipertensión, para aprender más sobre la causa de la presión arterial alta.

Durante el procedimiento de angiografía, el paciente se acuesta en una mesa mientras se inserta un catéter a través de la ingle para acceder a la arteria renal y poder inyectar el material de contraste. Las imágenes se toman con una máquina de fluoroscopia para obtener imágenes en tiempo real o con una radiografía para imágenes fijas. Por lo general, al paciente se le administran medicamentos que lo ayudarán a mantener la calma y la calma durante el procedimiento, especialmente si el paciente tiene antecedentes de malestar e inquietud durante los procedimientos médicos.

El tinte de contraste resaltará los vasos sanguíneos en el angiograma renal. En un procedimiento conocido como angiografía por sustracción digital, una computadora extrae otras estructuras de la imagen, como los huesos, para que la red de vasos sanguíneos pueda verse con mucha claridad. Al examinar el angiograma renal, un médico puede identificar áreas de anomalía que indiquen la necesidad de una intervención, como la colocación de un stent para abrir una arteria renal ocluida o una cirugía para tratar un tumor en los riñones.

Este procedimiento puede estar contraindicado para algunos pacientes. Los pacientes con sangre que coagula lentamente pueden estar en peligro porque el procedimiento causa sangrado y también existe el riesgo de ruptura de un vaso. Para las mujeres embarazadas, no se recomienda ningún procedimiento que requiera radiación a menos que sea absolutamente necesario porque la radiación puede dañar al feto en desarrollo. Las personas con alergias también pueden estar en riesgo durante una angiografía renal, porque pueden reaccionar al agente de contraste. Los pacientes deben asegurarse de que los médicos conozcan su historial clínico completo antes de dar su consentimiento para un procedimiento.