¿Qué son los cistoadenomas?

Un cistoadenoma es un tipo de quiste ovárico que puede formarse durante un proceso de ovulación anormal. En un ciclo mensual normal, una mujer típicamente producirá un óvulo inmaduro que es nutrido por folículos ováricos que son estimulados hormonalmente para permitir que el óvulo se desarrolle. Cuando el óvulo ha madurado, este folículo o saco estallará, liberando el óvulo para viajar a través de las trompas de Falopio donde será fertilizado. Los cistoadenomas ocurrirán si el saco no se rompe y libera el óvulo maduro, atrapándolo en cambio dentro del ovario donde se convierte en tejido anormal. Suelen ser benignos, lo que significa que no son cancerosos.

Los cistoadenomas se clasifican como neoplasias o nuevos tejidos de crecimiento que pueden adoptar dos formas distintas. Los tipos más pequeños de estos quistes se denominan cistoadenomas serosos, suelen tener entre 2 y 6 pulgadas (5.1 a 15.2 cm) de diámetro y están llenos de un líquido acuoso y fino. Las mujeres de entre 20 y 40 años tienen más probabilidades de desarrollar este tipo de cistoadenoma. Los de mayor tamaño se denominan cistademona mucinosos, suelen tener entre 6 y 12 pulgadas (15.2 a 30.5 cm) de diámetro, pero pueden crecer mucho más y están llenos de un material espeso similar a la gelatina. Son más comunes entre las mujeres de entre 40 y 60 años.

Aunque estos quistes suelen ser benignos, en particular la variedad serosa mucho más pequeña y menos preocupante, la forma mucinosa puede convertirse en una masa muy grande. Los quistes grandes pueden alterar las funciones internas normales del útero, el estómago, los intestinos y el intestino. Aunque las incidencias son raras, cualquier tipo de cistoadenoma tiene el potencial de desarrollarse como un quiste maligno o canceroso.

Debido a su pequeño tamaño, los cistoadenomas serosos presentan pocos síntomas que den a conocer su presencia y se diagnostican con mayor frecuencia durante los exámenes ginecológicos de rutina. El cistoadenoma mucinoso más grande es más fácil de detectar a partir de tales inspecciones y puede caracterizarse por dolor abdominal o menstrual inusual. Afortunadamente, los exámenes ginecológicos regulares generalmente pueden diagnosticar ambos tipos de quistes mucho antes de que se vuelvan problemáticos. Los quistes también se pueden descubrir mediante un examen de ultrasonido, seguido de una radiografía para determinar la naturaleza del quiste a partir del material que contiene.

El procedimiento estándar para el tratamiento del cistadenoma es la extirpación quirúrgica del tejido. Para los quistes serosos más pequeños, un médico puede usar una laparoscopia, en la que se inserta un tubo delgado en el útero a través de una pequeña incisión en el abdomen. Para el cistoadenoma mucinoso más grande, puede ser necesaria una cirugía intra ovular. En cualquier caso, las incidencias de recuperación completa son altas, ya que los cistoadenomas rara vez regresan una vez que se extirpan quirúrgicamente.