¿Cuáles son las causas de la eosinofilia?

Una de las causas más comunes de eosinofilia es una reacción alérgica o enfermedades relacionadas con una respuesta excesiva del sistema inmunológico. Una infección de un parásito como la lombriz intestinal y la anquilostomiasis también puede causar la afección. La eosinofilia también puede ser causada por algunos cánceres, enfermedades autoinmunes o enfermedades pulmonares. Los signos de la eosinofilia son variables y dependen de las condiciones que causan este problema médico. El tratamiento de la eosinofilia comienza con la identificación de la causa de esta afección y luego con el empleo de corticosteroides orales, tópicos o inhalados.

Los eosinófilos son glóbulos blancos que destruyen las partículas extrañas y hacen avanzar el proceso de inflamación que confina una infección. La afección médica eosinofilia se produce cuando hay una elevación prolongada del número normal de eosinófilos en el cuerpo. Una reacción alérgica inicia una respuesta inflamatoria para inmovilizar y contener las sustancias extrañas, lo que resulta en una avalancha de eosinófilos hacia el sitio irritado. Como resultado, una reacción alérgica prolongada a estímulos ambientales, medicamentos o alimentos es una de las causas más comunes de eosinofilia. Por la misma razón, una respuesta inflamatoria aislante o una reacción inmune a una infección parasitaria o fúngica son otras causas comunes de eosinofilia.

Otros problemas médicos pueden provocar eosinofilia por dos razones. Primero, enfermedades como el cáncer pueden sobreestimular la médula ósea para generar un exceso de eosinófilos. En segundo lugar, estas aflicciones pueden provocar la localización de altas concentraciones de eosinófilos en los sitios del tumor o dentro del tejido dañado.

Los signos de eosinofilia varían mucho según la causa de esta afección. Las infecciones fúngicas y parasitarias que causan eosinofilia pueden producir malestar abdominal, diarrea y llagas en la boca. La eosinofilia causada por invasiones de hongos o parásitos puede incluso producir neumonía. En casos raros, los síntomas pueden incluir ganglios linfáticos agrandados, pérdida de peso y erupciones cutáneas.

El tratamiento de la eosinofilia implica identificar primero la causa de la afección. Esto se hará revisando el historial médico del paciente y haciendo un seguimiento de su dieta y medicamentos para encontrar un alérgeno potencial. Se pueden solicitar pruebas cutáneas para confirmar la sospecha de alergia. Las sospechas de infecciones fúngicas y parasitarias se identificarán revisando los viajes recientes del paciente y la posible exposición.

Una vez que se haya identificado la causa de la eosinofilia, se tratará la afección médica. Además, el paciente puede recibir terapia con corticosteroides en la forma que mejor se adapte al paciente y a la causa. Los corticosteroides se pueden recetar en forma oral, inhalada o tópica. La mayor parte de la eosinofilia se puede corregir con el tiempo.