Un infarto anteroseptal es un problema cardíaco en el que parte del músculo cardíaco muere y cicatriza debido a un suministro de sangre deficiente. En este caso, el daño tisular se centra alrededor de la pared anteroseptal, el área entre los ventrículos izquierdo y derecho. Esto puede ser peligroso para el paciente y es necesario recibir tratamiento para abordar la causa de la muerte del tejido y evitar daños adicionales.
Esta afección generalmente ocurre como resultado de un bloqueo parcial a lo largo de una de las ramas de la arteria descendente anterior izquierda (LAD). Cuando toda la arteria está bloqueada, puede causar un infarto agudo de miocardio, donde una mayor parte del corazón se ve privada de sangre. En el caso de bloqueos menores, puede ocurrir un infarto limitado en una región más específica, como la pared anteroseptal. Un paciente con un infarto anteroseptal puede no llevar suficiente sangre al resto del cuerpo y puede experimentar dolor, presión y malestar en el pecho.
Los pacientes con dolor en el pecho generalmente reciben una evaluación con un electrocardiógrafo para observar la actividad eléctrica en el corazón. Si algo es irregular, la información de la prueba le mostrará al profesional médico dónde se encuentra el problema. Utiliza varios cables y electrodos para obtener una imagen completa del corazón. Este tipo de infarto tiende a ser detectable en las derivaciones ventriculares primero a cuarto, y será fácilmente visible para un médico o técnico que lea la prueba y puede ayudar a los proveedores de atención a decidir cómo seguir adelante con el tratamiento.
A veces, un profesional médico puede identificar un infarto anteroseptal antiguo. En este caso, el paciente experimentó daños en el pasado pero no recibió tratamiento, o lo hizo, pero el daño fue permanente. Esta área del músculo cardíaco no será tan móvil y podría contribuir a irregularidades en los latidos cardíacos y la circulación del paciente. Otras pruebas mostrarán evidencia de un infarto agudo, lo que significa que el daño está en curso y el paciente necesita tratamiento para detenerlo.
El tratamiento para este problema puede incluir medicamentos para estimular el corazón junto con procedimientos para abordar los bloqueos y las arterias obstruidas. El paciente puede necesitar cirugía para evitar una sección de arteria completamente bloqueada o un stent para permitir que la sangre fluya libremente. El tratamiento también puede implicar ajustes en la dieta del paciente para prevenir problemas futuros. También se pueden recomendar actividades como aumentar los niveles de actividad física o controlar la presión arterial de manera más eficaz para prevenir otro infarto anteroseptal.