¿Qué es la deficiencia de endorfinas?

La deficiencia de endorfinas es una condición que ocurre cuando los químicos que son producidos naturalmente por el cerebro, llamados endorfinas, no se producen en cantidades suficientemente altas. Esto puede deberse a razones genéticas o adquiridas. El cuerpo utiliza las endorfinas como un tipo de regulador del estado de ánimo y del dolor, y ayudan a las personas a sentir alegría, satisfacción y bienestar general. Una deficiencia causa depresión, dolor crónico inexplicable y poca tolerancia al dolor. En muchos casos, los niveles bajos se diagnostican erróneamente como trastornos depresivos.

También conocido como trastorno por deficiencia de endorfinas (EDS), una deficiencia de endorfinas puede ser difícil de diagnosticar inicialmente para los profesionales médicos hasta que las pruebas muestren la falta de estos químicos. Muchos de los síntomas asociados con el SED son similares a los síntomas que se presentan en los trastornos depresivos, como la depresión maníaca y el trastorno bipolar. La depresión, crónica o intermitente, y los dolores corporales generales son los dos síntomas más comunes, y una persona también puede tener tendencia a llorar sin una razón lógica o sentir dolor con mayor facilidad. EDS dificulta que las personas sean generalmente felices en sus vidas.

Una deficiencia genética es un tipo de EDS con el que nace una persona, en el que el cerebro no libera endorfinas como debería desde el momento del nacimiento. Las personas con una deficiencia genética tienen más probabilidades de ser emocionalmente hipersensibles. A pesar de los mejores esfuerzos de quien lo sufre, cada paso de la vida normal tiene una sensación ominosa.

Una deficiencia adquirida es generalmente temporal y a menudo es causada por demasiado dolor físico o emocional, estrés y falta de ejercicio adecuado. El estrés y el dolor a menudo son desencadenantes de la producción de endorfinas, pero una exposición excesiva da como resultado una sobreproducción, lo que agota el suministro rápidamente antes de que el cerebro pueda producir más. El ejercicio estimula la producción de muchas sustancias químicas, incluidas las endorfinas, con la correspondiente falta de ejercicio adecuado que reduce la producción.

El diagnóstico de una deficiencia de endorfinas implica diferentes formas de pruebas. La función cerebral se monitorea comúnmente usando equipos de imágenes. El paciente está configurado para realizar diversas tareas y experimentar la exposición al dolor o el estrés con el fin de mapear la producción de endorfinas en el cerebro. Aparecerán deficiencias en las imágenes después de las tareas que se sabe que desencadenan aumentos de producción.

El tratamiento de una deficiencia implica varias técnicas. Para las deficiencias genéticas, los medicamentos recetados y de venta libre pueden ayudar a equilibrar la producción de endorfinas. Ambos tipos de deficiencias pueden tratarse aumentando la ingesta de proteínas y agregando suplementos vitamínicos. También se recomienda hacer mucho ejercicio y disminuir el estrés o la exposición al dolor, especialmente para una deficiencia adquirida.