La embolia pulmonar bilateral (BPE) es un bloqueo en al menos una arteria en ambos pulmones, generalmente como resultado de un coágulo de sangre. La mayoría de las personas que padecen una embolia pulmonar la desarrollan en ambos pulmones, por lo que la variedad bilateral es la más común. Los síntomas típicos incluyen dificultad para respirar, tos que produce secreción sanguinolenta y dolor repentino en el pecho. Esta afección puede ser fatal, pero el pronóstico es bueno para los pacientes que reciben tratamiento médico inmediato, como medicamentos anticoagulantes. Evitar la formación de coágulos de sangre, al no fumar, mantener un peso saludable y evitar quedarse quieto durante largos períodos de tiempo, puede reducir el riesgo de este tipo de embolia.
Uno de los síntomas más comunes de la embolia pulmonar bilateral es la dificultad para respirar que ocurre repentinamente, incluso cuando el paciente está sentado. El dolor de pecho es otro signo común y, aunque a menudo empeora durante el esfuerzo, todavía está presente cuando el paciente está en reposo. Algunos pacientes también desarrollan tos que produce esputo con sangre, que a veces se acompaña de sibilancias, piel húmeda o sudor excesivo. El coágulo de sangre proviene con mayor frecuencia de las piernas, por lo que esta área del cuerpo puede hincharse y el pulso con frecuencia se debilita. Se aconseja a los pacientes que busquen tratamiento médico inmediato, ya que esta afección puede provocar la muerte si no se trata.
El tratamiento típico para el BPE es la medicación, siendo los anticoagulantes la opción más popular. La warfarina y la heparina son los dos tipos más comunes de anticoagulantes, pero pueden causar hematomas excesivos y sangrado de encías mientras surten efecto. Los disolventes de coágulos son otra opción y se pueden administrar cuando el coágulo debe disolverse inmediatamente para evitar la muerte, pero este medicamento produce una hemorragia grave. Algunos médicos optan por eliminar quirúrgicamente los coágulos particularmente grandes o colocar un filtro en la vena cava inferior para evitar que los coágulos se transporten de las piernas a los pulmones.
Las personas que están perfectamente sanas pueden experimentar BPE, pero existen factores de riesgo que hacen que algunas personas sean más propensas que otras a sufrir esta afección. Por ejemplo, quienes están en reposo en cama o en viajes largos corren el riesgo de que su flujo sanguíneo se ralentice lo suficiente como para permitir la formación de coágulos, por lo que no se recomienda permanecer inmóviles durante varias horas.
Aquellos que fuman, tienen sobrepeso o toman estrógeno a través de píldoras anticonceptivas o terapia hormonal también tienen un mayor riesgo de BPE. Por otro lado, algunas personas no pueden evitar estar en la categoría de alto riesgo para esta afección, porque las personas mayores y aquellas con antecedentes familiares de coágulos sanguíneos tienen más probabilidades que el promedio de padecerla. Además, tanto la cirugía como las afecciones médicas, como el cáncer, el embarazo y las enfermedades cardíacas, pueden aumentar las posibilidades de que una persona sufra una embolia pulmonar bilateral.