La diversidad genética es la variación de las características hereditarias presentes en una población de la misma especie. Desempeña un papel importante en la evolución al permitir que una especie se adapte a un nuevo entorno y luche contra los parásitos. Es aplicable a especies domesticadas, que típicamente tienen bajos niveles de diversidad. El estudio de la diversidad genética en humanos puede ayudar a los investigadores a formar teorías sobre los orígenes humanos.
Los seres vivos contienen en sus células las instrucciones básicas, o planos, para su propio desarrollo. Muchas de estas instrucciones, que se denominan genes, dan como resultado características físicas que afectan la forma en que los organismos interactúan con su entorno. Las variaciones en tales características dentro de la misma especie dan lugar a diversidad genética. Para que una especie se adapte a un ecosistema en constante cambio, debe estar presente un nivel significativo de variación. Aquellos individuos que poseen características favorables continuarán reproduciéndose, mientras que aquellos que no las tienen no tienden a transmitir sus características a muchos descendientes.
Las especies domesticadas suelen tener bajos niveles de diversidad genética. Esto es causado por la selección artificial, o reproducción preferencial, de cultivos y animales por rasgos que los humanos encuentran preferibles. Si bien esto puede tener resultados positivos a corto plazo, como una cosecha más rica, la baja diversidad entre las especies domesticadas presenta riesgos. Un virus o una cadena de bacterias de nueva evolución pueden invadir muy rápidamente una población de organismos casi idénticos. En este escenario se pierde la protección que generalmente ofrece la diversidad en las poblaciones silvestres.
La hambruna irlandesa de la papa entre 1845 y 1852 fue causada por un parásito que invadió una gran población de papas casi idénticas. El parásito era un moho de agua llamado Phytophthora infestans. Esta hambruna hizo que la población de Irlanda, que dependía en gran medida de las patatas como alimento, disminuyese entre un 20 y un 25 por ciento.
La diversidad genética humana generalmente varía según la ubicación geográfica de una población. Esto ha llevado a biólogos y antropólogos a estudiar estos niveles de diversidad en la búsqueda de comprender los orígenes humanos. Se ha encontrado que los niveles de diversidad genética en África, por ejemplo, son más altos que en muchas áreas del mundo. Los investigadores han desarrollado modelos de origen humano a partir de esta evidencia. El modelo reciente de fuera de África, que sugiere que los humanos modernos tienen un origen común en África, es un ejemplo de ello.
La biodiversidad se refiere al nivel de variación de todos los seres vivos dentro de un ecosistema. La importancia de la biodiversidad para un ecosistema es análoga a la importancia de la diversidad genética para una población. Ambas formas de diversidad contribuyen a la salud y solidez del sistema más amplio. Cuando estos niveles de diversidad caen, ambos sistemas son menos capaces de adaptarse a un entorno cambiante.