La química forense es un campo de la química dedicado al análisis de diversas sustancias que pueden ser importantes o haber sido utilizadas en la comisión de un delito. Un químico forense también podría evaluar sustancias que podrían resultar peligrosas para otros. Por ejemplo, un polvo enviado por correo que parece que podría ser ántrax sería analizado por este profesional de la química. Aunque en el pasado, muchas personas que trabajaban en este campo tenían títulos de licenciatura general en química y estudios secundarios en estudios criminales, hoy en día, muchas universidades ofrecen títulos específicos en química forense.
Los espectadores de programas de televisión como CSI han visto representaciones de la química forense. Estos químicos no solo examinan e identifican microscópicamente sangre o tejido, sino también una variedad de sustancias. Por ejemplo, si los investigadores de la escena del crimen creen que alguien ha sido drogado, los químicos pueden revisar todos los materiales tomados de la escena del crimen para tratar de determinar la presencia de drogas específicas. De hecho, incluso en una redada de drogas, donde una persona lleva una cantidad pequeña o grande de una sustancia controlada, cualquier droga aparente tomada como evidencia debe ser verificada por un químico observando sus compuestos químicos. Alternativamente, este profesional puede evaluar varias muestras de fibras, como ropa o alfombra, para intentar identificar la presencia de alguien en la escena del crimen.
Aunque muchas personas en este campo trabajan solo en laboratorios de química, algunas trabajan en el campo recolectando evidencia. El conocimiento de la física podría llevar a un químico forense a la escena del crimen para observar patrones sanguíneos y determinar cómo ocurrió una lesión accidental o intencional. Estos químicos pueden trabajar en escenas donde ocurrieron explosiones o incendios, para tratar de determinar qué sucedió. Por mucho que estén evaluando una escena para decidir si ocurrió un crimen, podrían descartar intenciones maliciosas examinando patrones de fuego y buscando ciertos químicos asociados con la fabricación de bombas o incendios provocados.
Los químicos forenses están capacitados en química orgánica para que puedan realizar análisis de sangre y otras muestras corporales para identificar el ADN y realizar pruebas de toxicología. Por lo tanto, miran la materia desde el punto de vista del químico para obtener mayor información sobre una sustancia, persona o crimen, por una variedad de razones.
Las personas que obtienen títulos en química forense pueden trabajar en laboratorios privados, departamentos de policía locales, oficinas forenses, departamentos de bomberos, con escuadrones de bombas, en el ejército o en agencias nacionales como la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) de EE. UU. Algunos son especialistas en ciertos tipos de identificación; los químicos forenses pueden convertirse en expertos en sustancias químicas asociadas con explosivos, por ejemplo. Como mínimo, aquellos en el campo tienen títulos de licenciatura, pero aquellos que quieren enseñar o desarrollar nuevas técnicas de investigación pueden tener títulos de maestría o doctorados.