La saponificación es una reacción química entre una base fuerte y un triglicérido que da como resultado la formación de una sal. Este proceso implica hidrólisis, donde las moléculas de agua se escinden en aniones de hidróxido y cationes de hidrógeno. La sal resultante puede crear una emulsión de aceite y agua para la limpieza y es más conocida por los profanos como jabón. Este proceso también da como resultado la formación de glicerina, un compuesto químico con una variedad de usos.
Hay dos formas en que los químicos pueden lograr esta reacción. En ambos casos, parten de un material rico en grasas triglicéridas, como aceite animal o vegetal. Una técnica consiste en tratar la grasa con lejía u otra base muy poderosa para saponificarla, mientras que el otro enfoque requiere dos pasos, uno para vaporizar la grasa y otro para tratarla con álcali. Este proceso tiende a resultar en un jabón de calidad más pura, y uno que también puede ser menos áspero para la piel.
El proceso de saponificación es una de las reacciones químicas más antiguas conocidas por los seres humanos y se ha utilizado ampliamente en la producción de jabón durante siglos. Los fabricantes de jabón podrían utilizar grasa animal extraída en su trabajo para hacer jabones básicos crudos, o aceites vegetales como el aceite de oliva para productos de mayor calidad. También aprendieron cómo agregar rellenos a los jabones para hacerlos menos ásperos, agregar aromas o crear una calidad exfoliante en el producto terminado. Algunas regiones, como Francia, son particularmente famosas por su fabricación de jabón.
Más allá de ser útil para la producción de jabón, esta reacción se puede observar y estudiar en el laboratorio. Los investigadores pueden explorar una variedad de materiales que se sabe que saponifican en las condiciones adecuadas para aprender más sobre cómo, por qué y cuándo ocurre este proceso en la naturaleza. También pueden determinar el número de saponificación, que indirectamente hace referencia a la longitud de las cadenas de ácidos grasos en los triglicéridos. Cuanto más corto sea el número, más largas serán las cadenas.
Dos lugares inesperados donde es posible observar este proceso en la naturaleza son la medicina forense y la conservación del arte. Por razones que no están claras para los investigadores, algunos cadáveres se saponifican, generalmente cuando se mantienen en condiciones húmedas. Todo o parte del cuerpo puede desarrollar un depósito ceroso conocido como adipocere o cera grave, que es el resultado de esta reacción. Los historiadores del arte también han observado el proceso en algunas pinturas al óleo antiguas, resultado de una reacción química con los aceites utilizados en las pinturas.