¿Qué es el polietileno de alta densidad?

El polietileno de alta densidad (HDPE) es un tipo de plástico elaborado a partir del petróleo. Dado que este material puede ser remodelado mediante posterior fusión y conformado, se clasifica como termoplástico de polietileno. También se puede unir en segmentos cuando se suelda o mecaniza. Sin embargo, no acepta muy bien los adhesivos. También conocido como polietileno de alta densidad (PEHD), los productos fabricados con polietileno de alta densidad están marcados con el número «2» rodeado por la tira de Möbius reconocida como el símbolo universal de reciclaje.

Como su nombre lo indica, el HDPE es más denso que la mayoría de los demás plásticos poliméricos, a saber, el polietileno de baja densidad. Esto se debe a que su estructura de cristalización se produce de forma lineal en lugar de ramificarse para formar largas cadenas de polietileno. En cambio, la falta de ramificación da como resultado que sus moléculas de carbono se unan con más moléculas de hidrógeno. Esto permite que el producto final posea una mayor resistencia a la tracción, aunque sea más ligero que el agua. También hace que el polietileno de alta densidad sea altamente resistente a ácidos y solventes.

Sin embargo, la producción de polietileno de alta densidad no ocurre por accidente o evento natural. De hecho, la falta de ramificación durante el proceso de polimerización se induce deliberadamente mediante la adición de un tipo de reactivo conocido como catalizador de Ziegler-Natta. Por lo general, estos catalizadores se derivan de compuestos de titanio.

Dado que el HDPE es tan duradero y químicamente no reactivo, tiene numerosas aplicaciones en diversas industrias. Se utiliza en muchos tipos diferentes de envases de embalaje, como botellas de leche y detergente para ropa, así como en bolsas de plástico para la compra. También se encuentra en sistemas de almacenamiento diseñados para almacenar productos químicos y combustibles. De hecho, el polietileno de alta densidad se utiliza para producir materiales que actúan como barreras químicas, como revestimientos que se colocan debajo de los rellenos sanitarios para ayudar a prevenir la contaminación del suelo y las aguas subterráneas. Uno de los usos más comunes de este material es en la fabricación de compuestos plásticos de madera para fabricar muebles, pisos, cercas y materiales de jardinería.

En términos de impacto ambiental, los productos hechos de polietileno de alta densidad no se biodegradan fácilmente en los vertederos. Sin embargo, estos productos pueden reciclarse, aunque corren el riesgo de perder parte de su resistencia a la tracción original. Dado que este material está hecho de hidrógeno y carbono, al someterse a altas temperaturas, simplemente se libera agua y dióxido de carbono. Sin embargo, los aditivos, como retardadores de fuego, estabilizadores de UV y tintes, pueden producir otras toxinas. Además, algunos grupos ambientalistas expresan preocupación por el peligro potencial de la filtración de ftalatos utilizados en la producción de algunos juguetes para niños hechos de polietileno de alta densidad, como los anillos de dentición.