La fabricación aditiva, a veces abreviada como AM, es un proceso que implica la producción de piezas a través de sucesivas adiciones de capas, que es lo opuesto a la fabricación sustractiva tradicional, donde las piezas y piezas se eliminan durante la construcción de un producto. Hay diferentes formas en que se lleva a cabo el proceso de fabricación aditiva, y un método cada vez más popular es la impresión 3D. Otro método incluye fundir capas sucesivas de materiales para crear un producto. El principal beneficio de la fabricación aditiva es que puede crear formas geométricamente complejas sin desperdiciar material sobrante. Otro beneficio del proceso es que no requiere muchas herramientas y es un proceso de fabricación muy rentable.
Este tipo de fabricación es energéticamente eficiente y respetuosa con el medio ambiente. Los materiales que se utilizan, especialmente en la impresión 3D, acaban creando diseños ligeros de determinados productos finales. Al utilizar la fabricación aditiva, hay una reducción en las herramientas físicas y un mayor énfasis en los programas de diseño espacial que permiten a los ingenieros más libertad en las ideas para diseñar y crear ciertos productos sin las restricciones del mecanizado tradicional. También existe el beneficio de una reducción en partes separadas de un producto completo. La técnica puede incluso llegar a personalizar ciertos artículos para las personas, como dispositivos médicos o ropa.
En la fabricación aditiva, se utiliza un programa informático para crear un modelo 3D de un artículo y luego separar la imagen en capas delgadas. Los modelos pueden basarse en elementos o productos anteriores que en realidad se cortaron físicamente para examinar el funcionamiento interno y los detalles finos. Este proceso permite al programa de computadora replicar esos detalles e incluso manipularlos para mejorarlos. Al manipular los detalles, esta técnica de fabricación aditiva permite la creación de elementos que funcionan sin problemas, piezas sincronizadas y un mejor funcionamiento. Su rentabilidad también hace que este tipo de fabricación sea beneficioso para la creación de prototipos de determinados artículos.
Uno de los ejemplos más famosos de un producto de impresión 3D es un automóvil híbrido ligero fabricado en los Estados Unidos en 2010 con la colaboración de varios grupos de fabricación e ingeniería. La carrocería del automóvil pequeño, así como el vidrio y los paneles que forman parte de él, fueron creados mediante fabricación aditiva. El modelado por deposición fundida (FDM) fue utilizado como método de impresión por la empresa que lo produjo. Su diseño liviano hace que el automóvil sea eficiente en el uso de gasolina y fue diseñado teniendo en cuenta el medio ambiente. Como ejemplo de cuán eficiente en combustible es el automóvil pequeño, solo cuesta dos centavos por cada milla recorrida.