¿Cómo elijo la mejor obra de no ficción para niños?

Antes de elegir libros de no ficción para niños, determine el grupo de edad específico y el nivel de habilidad de los niños que leerán los libros, revistas, ensayos, artículos, etc. También es importante determinar el propósito de la no ficción para niños: probablemente querrá elegir diferentes materiales con fines de entretenimiento de los que elegiría para materiales educativos diseñados para enseñar una determinada habilidad. Piense cuidadosamente en lo que necesita de las obras de no ficción, así como en los intereses y necesidades de los niños que la leerán para asegurarse de elegir el mejor material.

Los maestros a menudo eligen libros de no ficción para niños que mantendrán el interés de los lectores al tiempo que permiten estrategias de enseñanza. Las habilidades de comprensión de lectura pueden enseñarse utilizando textos de no ficción que sean apropiados para la edad e interesantes para el lector. Algunas obras de no ficción para niños incluirán hojas de trabajo o materiales complementarios para ayudar a los estudiantes a mejorar las habilidades de comprensión de lectura u otros tipos de habilidades dirigidas a la síntesis y retención. Busque estos materiales para facilitar la redacción de planes de lecciones y simplificar el diseño de las tareas en clase.

No ficción para niños es escritura basada en hechos; busque escritura que simplifique los eventos históricos o actuales para que los niños puedan entender los conceptos principales. Un lenguaje más simple y apropiado para la edad ayudará al lector a comprender los principales temas y conceptos del escrito. La elección de la escritura con palabras y oraciones un poco por encima del nivel de lectura del niño también puede ser útil, ya que el lector se verá obligado a elevar su nivel de habilidad y realizar investigaciones complementarias, como buscar términos en una enciclopedia o diccionario. Este tipo de escritura se usa mejor cuando un maestro o un padre está presente para ayudar a guiar al lector a través de los pasajes más difíciles.

Busque escritos que dividan la narrativa más larga en secciones más pequeñas y fáciles de digerir. Los lectores jóvenes se sentirán menos intimidados por las secciones más cortas y podrán detenerse periódicamente para analizar conceptos, ganar perspectiva y repasar los principales temas cubiertos en esa breve sección. Cada sección debe tener un encabezado claro que le dé al estudiante una idea clara de lo que está a punto de leer; esto ayuda al niño a prepararse mentalmente para el tema y retener la información basada en el encabezado.