El modismo inglés «to bandy words» tiene su origen en un juego violento y de ritmo rápido conocido como «bandy» que surgió en el siglo XVI. Con el tiempo, la gente comenzó a usar el término «bandy» para describir cualquier tipo de intercambio rápido y brutal, y en el siglo XVII, la gente describía específicamente palabras en bandied, aunque el uso de variantes como «bandy civilities» es aún más antiguo.
Bandy se describe mejor como una especie de hockey sobre césped, en el que las personas se mueven rápidamente por el campo y lanzan una pelota de un lado a otro. El término «bandy» también se usó para describir una volea en una forma temprana de tenis, aunque el tenis tal como lo conocemos no surgió hasta el siglo XVIII. Ciertamente, en el siglo XVII, la gente estaba familiarizada con «bandy» en el sentido de un intercambio de algún tipo, y la gente hablaba de miradas, naciones y todo tipo de cosas en la jerga de la época.
Cuando dos personas intercambian palabras, experimentan un intercambio rápido y agudo, típicamente caracterizado por ser muy ingenioso e incisivo. Los intercambios verbales nítidos han sido muy apreciados en el debate y la discusión en inglés durante siglos, ya que la capacidad de intercambiar palabras con un oponente se considera una señal de inteligencia, ingenio y educación. Para poder intercambiar palabras de manera efectiva, alguien debe tener un temperamento tranquilo mientras piensa rápidamente en sus pies para responder a los cargos de un oponente.
Los personajes de las obras de Shakespeare son famosos por sus intercambios, muchos de los cuales eran bastante obscenos, de acuerdo con las costumbres sociales de la época. Otros autores ingleses también son famosos por su enérgico combate verbal, como Jane Austen, quien escribió notablemente personajes femeninos muy agudos que a menudo desafiaban las expectativas sociales. En algunos países de habla inglesa todavía se considera que las palabras de banda son un rasgo de personalidad positivo, e incluso puede ser un requisito laboral en algunos casos.
Sin embargo, el concepto de palabras en banda también puede adquirir una connotación negativa, como en los casos en que el término se usa para describir a alguien que es pendenciero. Aunque estos intercambios a veces pueden ser intelectualmente estimulantes y refrescantes, la implicación es que la tendencia a intercambiar palabras en cada ocasión puede volverse agotadora y sugiere que alguien tiene una personalidad discutidora o difícil. Puede ser especialmente irritante cuando alguien que es propenso a buscar peleas a menudo las gana, lo que elimina cualquier disfrute potencial de la experiencia.