La ley de negligencia es una esfera de la ley de daños que tiene como objetivo otorgar restitución a las víctimas que han sido perjudicadas por alguien que actúa sin el nivel de atención adecuado. Para que una demanda por negligencia sea válida, se deben establecer cuatro elementos: un deber hacia la víctima, un incumplimiento de ese deber por parte de la parte negligente, un daño resultante para la víctima y el incumplimiento que es la causa de ese daño. Además, la ley de negligencia sostiene que algunas acciones resultan en una infracción automática independientemente de otros hechos, llamados negligencia per se. Cualquier parte que haya actuado de manera negligente puede presentar una o más defensas para reducir o negar el reclamo, generalmente negligencia contributiva o negligencia comparativa.
Los cuatro elementos principales de la ley de negligencia son deber, incumplimiento, daño y causa inmediata. Un deber puede surgir de una relación particular entre las partes, por ejemplo, el empleador y su empleado, el invitado de la casa o un médico y su paciente. Un incumplimiento de este deber generalmente ocurre cuando la parte que tiene el deber actúa de una manera que no alcanza el cuidado con el que actuaría una persona razonable en su posición. El daño a la víctima generalmente se mide en términos financieros y, en el caso de una lesión personal, el tribunal tiene la facultad de asignar los daños económicos para compensar cualquier dolor y sufrimiento, además de la restitución de las facturas médicas. Para determinar si la infracción fue una causa inmediata del daño, el tribunal normalmente preguntará si el daño hubiera ocurrido «de no haber sido por» la infracción en cuestión.
En algunos casos, los elementos del deber e incumplimiento de la ley de negligencia se satisfacen automáticamente por las circunstancias independientemente de otros hechos operativos, lo que se denomina negligencia per se. Por lo general, esto ocurre cuando existe alguna ley que establece que la parte negligente rompe y daña a la víctima. El ejemplo clásico de negligencia per se es un accidente automovilístico en el que la parte negligente conduce por encima del límite de velocidad establecido. Al violar la ley de exceso de velocidad y causar el accidente, se considerará que el conductor ha sido negligente per se independientemente de otros hechos.
La ley de negligencia tiene dos defensas principales que las partes negligentes pueden hacer valer para impedir o reducir el reclamo de la víctima. La mayoría de las jurisdicciones reconocen la negligencia comparativa mediante la cual la parte negligente puede afirmar que la negligencia de la víctima también contribuyó al accidente. El investigador de los hechos considerará las circunstancias, determinará en qué porcentaje la víctima tuvo la culpa del daño y reducirá proporcionalmente la indemnización por daños y perjuicios. Una minoría de jurisdicciones reconoce la doctrina de la negligencia contributiva en la que si la víctima tuvo al menos la mitad de la culpa de la causa del daño, se le prohíbe por completo cobrar a la parte negligente.