La hiperuricemia es la presencia de un exceso de ácido úrico en los productos sanguíneos del cuerpo. Varias enfermedades, como el hipertiroidismo o un nivel excesivo de hormonas tiroideas en el cuerpo, pueden causar hiperuricemia. También puede deberse a una inflamación de los riñones, denominada nefritis. Las personas con esclerosis múltiple pueden ser propensas a la hiperuricemia y, además, las personas con cáncer de médula ósea pueden estar en riesgo.
Las personas que se alimentan por vía intravenosa también pueden correr el riesgo de tener un alto contenido de ácido úrico. Ciertos medicamentos como el alopurinol, que se usa para tratar la gota, también pueden causar hiperuricemia, así como un consumo excesivo de alcohol o alcoholismo. Los altos niveles de fructosa, azúcares de frutas y jugos de frutas también pueden provocar la afección.
La hiperuricemia también puede ser el factor causal de varias afecciones. Los altos concentrados de ácido úrico pueden provocar cálculos renales o vesicales, que luego deben eliminarse dolorosamente o extirparse quirúrgicamente. El ácido úrico alto también puede ser un factor causal de la gota, que es una artritis dolorosa de las articulaciones.
Los seres humanos no tienen la enzima que descompone el ácido úrico y, normalmente, la mayoría de las personas presentan un rango normal de la sustancia. Normal se define como no más de 6 miligramos por decilitro de hemoderivados en las mujeres y no más de 7 miligramos por decilitro de sangre en los hombres. Los vegetarianos a menudo tienen mucho menos ácido úrico porque no consumen carne, que es bastante rica en ácido úrico. Si uno está en el límite en sus medidas, ajustarse a una dieta vegetariana puede resolver el problema para que no progrese a hiperuricemia.
El diagnóstico se realiza mediante la evaluación de muestras de sangre y orina. La presencia de cálculos renales o vesicales, o la presencia de gota, o cualquiera de las enfermedades o predisposiciones a la hiperuricemia mencionadas anteriormente, pueden indicar pruebas regulares. Cuando la hiperuricemia es persistente, el tratamiento se centra en reducir la cantidad de ácido úrico en el cuerpo.
Varios medicamentos, llamados uricosúricos, pueden degradar el ácido úrico. Estos incluyen probenecid y sulfinpirazona. La mayoría de los uricosúricos, sin embargo, pueden tener efectos secundarios adversos y pueden estar contraindicados en los ancianos, ya que pueden ser tóxicos. Ocasionalmente, quienes toman estos medicamentos pueden desarrollar hipersensibilidad a ellos, lo que puede conducir rápidamente a insuficiencia renal en el peor de los casos.
El tratamiento de esta afección sigue siendo problemático debido a los importantes efectos secundarios de los uricosúricos. La investigación actual implica el desarrollo de medicamentos con menos efectos secundarios. Se están realizando pocas investigaciones para erradicar la hiperuricemia, aunque la investigación sobre algunas de sus condiciones causales puede eventualmente reducir la incidencia.