La anatomía de la cabeza es muy compleja y consta de huesos, cerebro, vasos sanguíneos, glándulas, músculos, nervios, boca, nariz, dientes, lengua y garganta. La cabeza se coloca encima de la columna vertebral en la vértebra C1. Los huesos de la cabeza y la cara son la base de los tejidos blandos de la anatomía de la cabeza. Los huesos forman la base de la estructura y el aspecto de la cara y la cabeza.
La parte superior de la cabeza, o cráneo, tiene ocho huesos y los huesos faciales están formados por 14 huesos separados. Los ocho huesos que forman el cráneo son el hueso frontal, dos huesos parietales, un hueso occipital, dos huesos temporales, un hueso esfenoidal y un hueso etmoides. A medida que se desarrolla el cráneo, los huesos se fusionan y forman suturas. Los huesos faciales consisten en dos huesos cigomáticos, dos huesos maxilares, dos huesos palatinos, dos huesos nasales, dos huesos lagrimales, un hueso vomer, dos conchas inferiores y un hueso mandibular.
El cráneo alberga el cerebro. El cerebro está encerrado en un líquido cefalorraquídeo que actúa como un amortiguador para protegerlo de lesiones. Los vasos sanguíneos en la anatomía de la cabeza y el cuello consisten en la vena cava yugular interna, yugular externa, vertebral, subclavia y superior. Estos vasos transportan la sangre hacia y desde la cabeza. Los vasos linfáticos drenan la cabeza y el cuello del exceso de líquido intersticial.
Hay ocho músculos faciales y de la cabeza importantes en la anatomía de la cabeza. Los músculos faciales incluyen el orbicular del ojo, que cierra los ojos; y el orbicularis oris, que permite fruncir la boca. El mentalis levanta el labio inferior y causa arrugas en la barbilla, mientras que el frontal eleva las cejas. El corrugador tira las cejas hacia abajo y causa arrugas verticales en la frente, mientras que el músculo procérculo permite que se levante el puente de la nariz. Dos músculos en el costado y la parte posterior de la cabeza son los músculos auricularesis posteriores, que empujan las orejas hacia atrás; y los músculos occipitales, que tiran del cuero cabelludo hacia atrás.
La boca apoya el habla y una entrada al sistema digestivo, y la lengua ayuda al habla, el gusto, la masticación y la deglución. Los dientes, que son soportados por los huesos de la mandíbula, ayudan a masticar y a descomponer los alimentos. Las glándulas salivales producen saliva, que se mezcla con los alimentos para ayudar a iniciar el proceso digestivo. La nariz alberga la cavidad nasal, que condiciona el aire que se recibe en el sistema respiratorio. Todos estos huesos, músculos, nervios y fluidos conforman la anatomía de la cabeza y permiten que funcione correctamente.