Una máscara de la muerte es un molde de la cara de alguien que se toma después de la muerte. Por lo general, se usa cera o yeso para crear la máscara, que luego se puede usar como modelo para esculturas, retratos y otros recuerdos. En un momento, la creación de estas máscaras fue muy generalizada y un aspecto cultural importante de los rituales de duelo para muchas personas. La práctica ha disminuido radicalmente desde el advenimiento de la fotografía.
El concepto de la máscara de la muerte es antiguo. Los griegos, egipcios y romanos los hicieron, y en algunos casos los escultores también usaron a los muertos como modelos para bustos, efigies y otros monumentos conmemorativos para los muertos. Una de las máscaras mortuorias más famosas del mundo antiguo es probablemente la máscara sobre la momia de Tutankamón; los egipcios creían que la máscara le daba poder a la momia.
En la Edad Media, era muy común tomar una máscara de muerte después de la muerte, y bien a principios del siglo XX, las funerarias y las personas que preparaban cuerpos para el entierro a menudo ofrecían una máscara de forma rutinaria. Hacer una buena máscara de muerte en realidad requiere cierta habilidad, porque puede ser difícil moldear la cara sin distorsionar las características o dañar el cuerpo.
Se pueden ver máscaras de la muerte de numerosos personajes notables en bibliotecas y museos. Muchos músicos y artistas han sido conmemorados con tales máscaras, que luego fueron copiadas y distribuidas y utilizadas para hacer bustos de diferentes tamaños. Dependiendo de la habilidad de la persona que hace la máscara, puede ser un recordatorio conmovedor de los muertos o una curiosidad algo macabra.
Además de servir como reliquias sentimentales, las máscaras de la muerte también desempeñaron históricamente un papel importante en el análisis forense. Los patólogos que examinaron cuerpos tomarían una máscara de muerte si el cuerpo fuera el de una persona desconocida, con la esperanza de que los miembros de la familia pudieran identificar el cuerpo por sus características en algún momento en el futuro. Esta práctica se desvaneció en gran medida después del desarrollo de la fotografía, aunque los moldes y modelos de varias partes de las víctimas de delitos todavía se hacen hoy para uso especializado en medicina forense.