¿Cuál es el vínculo entre nutrición y cáncer?

El vínculo principal entre la nutrición y el cáncer consiste en las propiedades anticancerígenas naturales que se encuentran en la fibra, las frutas y las verduras. Dado que el exceso de grasa corporal promueve el crecimiento de las células cancerosas existentes, una dieta que promueva un físico delgado ayuda a prevenir la propagación de la enfermedad. La reducción de la ingesta de alcohol y el aumento del consumo dietético de productos vegetales como el aceite de oliva y la soja también ayudan a prevenir el cáncer.

El consumo de fibra es uno de los principales vínculos entre la nutrición y el cáncer. La fibra ayuda a eliminar del cuerpo las sustancias que promueven el cáncer al aumentar la velocidad con la que se digieren los alimentos. Se cree que ayuda a eliminar los ácidos biliares que pueden interactuar con las bacterias en los intestinos y transformarse en químicos que promueven el cáncer. La fibra se une al ácido, asegurando que no permanezca en el cuerpo. La composición química del ácido se neutraliza al interactuar con la fibra.

Los granos enteros, las legumbres y los frijoles secos son buenas fuentes de fibra. Se ha demostrado que aumentar la ingesta de fibra reduce el riesgo de cáncer de colon y de mama y estómago. El consumo de fibra también es conocido por regular los niveles de estrógeno. Los niveles de estrógenos superiores a lo normal están relacionados con un mayor riesgo de cáncer de mama.

Una dieta rica en frutas y verduras es otro vínculo documentado entre la nutrición y el cáncer. La vitamina C juega un papel fundamental para ayudar a reducir el cáncer de garganta y estómago. Su actividad antioxidante reduce los químicos nocivos en el cuerpo que pueden ocurrir como resultado de la actividad normal o la exposición a alimentos que promueven el cáncer, como la carne roja. El betacaroteno, que se encuentra en las zanahorias y las hojas verdes oscuras, está directamente relacionado con una posible reducción de los cánceres de vejiga, garganta y boca.

Llevar el exceso de grasa corporal, particularmente en áreas que se superponen a órganos cruciales, es un cuarto vínculo entre la nutrición y el cáncer. Las dietas altas en grasas promueven el aumento de peso y el almacenamiento de tejido graso. Cuando las células cancerosas comienzan a formarse en el cuerpo, el exceso de células grasas ayuda a promover su crecimiento. Al disminuir la cantidad de grasa en la dieta, un individuo disminuye la posibilidad de que aumente de peso y también promueve una proporción saludable de grasa a músculo.

El consumo excesivo de alcohol es otro vínculo entre la nutrición y el cáncer. El exceso de alcohol en el sistema no solo causa daño al hígado, sino que promueve el desarrollo de cánceres de mama, estómago, hígado, garganta y colon. Una cantidad moderada de consumo de alcohol está bien y algunas formas son incluso beneficiosas para combatir las enfermedades del corazón, pero debe consumirse con precaución.

Se ha demostrado que las dietas vegetarianas reducen drásticamente las posibilidades de un individuo de desarrollar cáncer. Debido a la alta ingesta de fibra, productos de soya y frutas y verduras, los vegetarianos acumulan niveles más altos de productos químicos alimentarios para combatir el cáncer en el torrente sanguíneo. Los riesgos de cáncer para los vegetarianos son aproximadamente la mitad que los de los no vegetarianos.