¿Qué es la enteritis canina?

La enteritis canina es una enfermedad del sistema gastrointestinal en perros. Es una inflamación de los intestinos causada por la proliferación de muchos tipos diferentes de bacterias o virus y con mayor frecuencia se dirige al intestino delgado. Esta enfermedad es una de las dolencias más comunes en la población canina, y cualquier perro, sin importar la raza, el tamaño o la edad, es susceptible a la enteritis. Los síntomas de enteritis canina incluyen vómitos severos, diarrea, sangre en las heces y calambres abdominales. Esta enfermedad puede ser muy grave y los perros deben ser tratados rápidamente por un veterinario calificado.

Las bacterias y los virus que son responsables de la enteritis canina a menudo se transmiten en situaciones en las que muchos perros están cerca, como refugios, perreras o parques para perros. La transmisión se produce por contacto directo, como lamer u oler a otros perros, o por proximidad a la materia fecal. La mayoría de los veterinarios recomiendan vacunar contra el parvovirus canino, pero a partir de 2011, no existe una vacuna contra el rotovirus. Las bacterias responsables de la enteritis canina incluyen Salmonella, E. coli y Staphylococcus. Las causas virales incluyen rotovirus y parvovirus.

Los vómitos severos y la diarrea son los signos más comunes de enteritis. La frecuencia de las heces aumentará dramáticamente, y las heces serán muy acuosas. La sangre en la materia fecal indica daño a la pared intestinal o irritación por el paso rápido de los desechos a través del sistema del perro. Los perros pueden ser extremadamente letárgicos, sentir dolor o negarse a comer o beber. Si bien puede ser difícil saber dónde siente dolor un perro, el sitio más común es el área abdominal como resultado de los calambres.

Si se sospecha enteritis, se debe hacer una cita con un veterinario para tomar precauciones de seguridad. Si hay ciertos signos, se debe buscar atención veterinaria de emergencia. Estos signos incluyen diarrea severa por más de 24 horas, dificultad para respirar o respiración muy dificultosa, vómitos más de tres veces o sangre en las heces del perro. Esta enfermedad progresa rápidamente, por lo que no es lo mejor para un perro esperar y ver que se recupera solo.

El tratamiento para la enteritis canina comienza con asegurarse de que el perro descanse lo suficiente. Se deben proporcionar alimentos y agua en cantidades limitadas para permitir que el tracto digestivo se recupere. Se pueden recetar medicamentos para reducir la cantidad de desechos que pasan por el tracto digestivo, y se pueden ofrecer líquidos ricos en electrolitos importantes. Si la causa de la enfermedad es bacteriana, los antibióticos pueden ayudar a la recuperación del perro. En casos graves, se puede requerir medicación intravenosa.