¿Qué es la teología del proceso?

La teología del proceso, o teísmo del proceso, es una filosofía desarrollada primero por Alfred North Whitehead a principios del siglo XX y luego por Charles Hartshorne. Una creencia fundamental de estos hombres es que el ser divino se ve afectado por procesos temporales. Según esta teoría, Dios es cambiante y, por lo tanto, nuestro conocimiento de Dios también debe cambiar. Además, el propio conocimiento de Dios es limitado y solo estima lo que sucederá en el futuro.

Los procesos temporales son acciones que necesitan tiempo para completarse. Por ejemplo, el crecimiento de una flor a partir de una semilla se considera un proceso temporal. En la teología del proceso, estos procesos temporales afectan al ser divino. Además, Dios no es omnisciente y no sabrá si la flor florecerá o la planta sobrevivirá en el momento de la siembra.

A medida que ocurre cada proceso temporal, Dios aprende de él. Por lo tanto, siempre está cambiando. Muchos judíos y cristianos tradicionales no están de acuerdo con los teólogos del proceso debido a versículos bíblicos como Malaquías 3: 6 y Hebreos 13: 8, que afirman que Dios no cambia.

Según la teología del proceso, tanto Dios como la humanidad se basan en la misma fuente de creatividad. Dios trabaja con los humanos como socios en la creación. Por ejemplo, Dios crea las semillas de hermosas flores y la gente las planta. La planta no podría haber sido creada sin la creatividad tanto de los humanos como de Dios; así, Dios no es la fuente de todo, en la teología del proceso. Incluso Dios usó un poder fuera de sí mismo para crear el mundo. La mayoría de los cristianos creen en la creación ex nihilo, creación de la nada. Por otro lado, los teólogos del proceso creen que Dios creó el mundo poniendo orden en el caos, no de la nada.

En la teología del proceso, el conocimiento absoluto de Dios es inalcanzable. Como Dios siempre está cambiando, no es el mismo hoy que ayer y no será el mismo mañana. Por lo tanto, es necesario un estudio constante de lo divino. Además, dado que Dios ha cambiado desde que se escribió la Biblia, es posible que gran parte de ella ya no se aplique.

Esto no se limita a una religión específica, aunque la teología del proceso se identifica con mayor frecuencia con el cristianismo. El Jesús histórico es una figura importante para el teólogo del proceso, aunque no es considerado Dios. Según esta filosofía, Cristo es solo el hijo figurativo de Dios y no el salvador de toda la humanidad. Dado que Cristo no es considerado el hijo de Dios o el salvador, se da a entender que la humanidad no necesita un salvador en absoluto.