¿Qué es el trastorno histriónico de la personalidad?

El trastorno histriónico de la personalidad (HPD, por sus siglas en inglés) es una condición mental caracterizada por una serie de rasgos, que incluyen la extroversión extrema, la obsesión por la apariencia personal y un uso a menudo inapropiado de la seducción para manipular a los demás. Una persona con HPD suele ser el alma de una fiesta, con una personalidad atractiva y una falta natural de inhibición social. Irónicamente, los rasgos positivos mostrados por una víctima coinciden con gran parte de lo que la sociedad suele considerar un comportamiento ideal. Aquellos con HPD a menudo se elevan en los círculos sociales y comerciales debido a sus personalidades extrovertidas y ambiciones elevadas.

Sin embargo, el HPD se considera un trastorno de la personalidad por una razón. Si bien los pacientes pueden mostrar todas las cualidades admiradas por los demás, muchos de ellos también están plagados de pensamientos internos de inferioridad. Si bien alguien con esta afección puede expresar empatía o afecto, el nivel real de conexión emocional a menudo termina en la superficie. Alguien con HPD puede imitar, o incluso exagerar, una respuesta emocional apropiada, pero su naturaleza egoísta a menudo impide un verdadero vínculo con los demás. Una verdadera víctima podría sentirse perdida en una multitud si no es constantemente el centro de atención.

El elemento «histriónico» de HPD a menudo se muestra como arrebatos dramáticos que rara vez son acordes con el incidente desencadenante. Un adulto con HPD literalmente puede estallar en una rabieta infantil después de una discusión con una pareja romántica. Las víctimas tienden a volver a las manipulaciones emocionales de la infancia cuando se sienten impotentes. Muchas personas pueden tener experiencias de primera mano con las llamadas «reinas del drama» que tienden a perder el control cada vez que surge el más mínimo indicio de conflicto. Otros con HPD pueden crear una atmósfera en la que otros se sientan obligados a aceptar sus necesidades en lugar de provocar respuestas cargadas de emociones.

Tanto hombres como mujeres son susceptibles al desarrollo de HPD, que muchos expertos creen que tiene orígenes tanto genéticos como sociales. Las mujeres con esta condición tienden a buscar relaciones poco realistas, a menudo proyectando cualidades idealizadas en parejas menos que ideales. La promiscuidad sexual también es un síntoma característico del HPD, al igual que el uso de drogas recreativas. Las mujeres con HPD también pueden pasar horas trabajando en su apariencia física, desde entrenamientos excesivos hasta el uso excesivo de cosméticos. Las emociones negativas a menudo se reprimen a favor de sonrisas exageradas y una inclinación por el comportamiento hedonista en público.

Tratar el HPD puede ser un proceso difícil, porque muchos pacientes no ven su comportamiento como problemático. Solo pueden buscar tratamiento voluntariamente después de una ruptura romántica volátil o el ostracismo social completo por parte de aquellos que ya no pueden tolerar el comportamiento ensimismado de la persona. A otros se les puede ordenar que reciban asesoramiento profesional como resultado de actos ilegales o inmorales. Los psicólogos pueden recetar antidepresivos para abordar algunos de los problemas de comportamiento, y la psicoterapia a largo plazo puede ayudar a las personas que padecen HPD a comprender lo destructivas que pueden ser sus elecciones de estilo de vida ensimismadas para ellos mismos y para los demás.