El cloro es un elemento químico natural. Este elemento se utiliza en numerosos productos domésticos e industriales. El uso de productos que contienen este químico es común y generalmente no se requieren permisos especiales y capacitación para obtener productos que lo contienen. Sin embargo, eso no significa que no represente una amenaza para la salud humana. La exposición al cloro puede provocar problemas como dificultad para respirar y daño tisular.
Los riesgos de la exposición al cloro dependen de la gravedad. En este caso, la gravedad se refiere a una combinación de varios factores. Primero, se debe considerar la cantidad de cloro a la que está expuesta una persona. El cloro, en pequeñas cantidades, puede colocarse en piscinas o agua potable sin presentar riesgos. Sin embargo, si esas dosis aumentan drásticamente, es probable que la exposición tenga consecuencias negativas.
En segundo lugar, es necesario considerar la forma en que la persona estuvo expuesta. Por ejemplo, si una persona inhala grandes cantidades de cloro, puede experimentar dificultad para respirar. Grandes cantidades de cloro absorbidas a través de la piel pueden provocar inflamación, quemaduras graves o ampollas.
El tercer factor a considerar es la duración de la exposición al cloro. Una persona puede estar expuesta a suficiente cloro gaseoso como para provocar tos, por ejemplo. Si esa persona abandona inmediatamente el área y se expone a una gran cantidad de aire fresco, es probable que la brevedad de la exposición no produzca efectos duraderos.
Una persona que ha estado expuesta al cloro puede sufrir numerosos efectos. Puede comenzar a toser y experimentar sensación de opresión en el pecho. Cuando la exposición al cloro es significativa, puede producirse una acumulación de líquido en los pulmones.
El cloro en forma gaseosa tiene efectos adversos sobre los tejidos húmedos. Esto incluye los ojos y los pulmones. El cloro en el aire, por ejemplo, representa un riesgo para los ojos.
La exposición al cloro puede causar daños dermatológicos. Cuando la sustancia está en estado gaseoso, la piel puede volverse dolorosa y la persona puede desarrollar ampollas. En forma líquida, la lesión de la piel se puede comparar con la que se experimenta cuando una persona sufre congelación.
El tratamiento hospitalario puede ser necesario en algunos casos de exposición al cloro. Incluso si este es el caso, una persona que sufre de exposición repentina al cloro generalmente no experimentará efectos permanentes, según el Centro para el Control de Enfermedades (CDC). La excepción a esto, dice el CDC, es cuando la terapia se complica por una condición como la neumonía. Cuando esto sucede, una persona puede desarrollar bronquitis crónica.
Los riesgos de la exposición al cloro a menudo se pueden evitar. El cloro tiene un olor distintivo, a menudo descrito como un olor acre parecido a un huevo. Si quienes trabajan o usan el químico conocen esta característica, es probable que puedan identificar la presencia del químico. Esto puede eliminar la probabilidad de exposición riesgosa a la sustancia química.