Los quistes umbilicales son bolsas de tejido o líquido en un cordón umbilical que pueden aparecer en cualquier parte de su longitud y, a veces, son indicadores de un problema con el feto. Un médico puede identificar un quiste durante un examen de ultrasonido y podría solicitar pruebas de seguimiento para averiguar más sobre lo que hay dentro del quiste y si es motivo de preocupación. En algunos casos, es posible que no sea un problema y que la madre pueda dar a luz a su bebé de manera segura y con un riesgo mínimo.
Hay dos categorías amplias de quistes umbilicales: quistes verdaderos y falsos. Los verdaderos quistes tienden a contener células umbilicales y los falsos quistes umbilicales suelen estar llenos de líquido, a menudo derivado de la jalea de Wharton que normalmente aísla el cordón umbilical. El pronóstico para el paciente puede variar, según el tipo de quiste, y es posible que los médicos quieran determinar si es posible obtener una muestra de biopsia del quiste para verificar su contenido.
Los quistes falsos pueden asociarse con trastornos congénitos. Son más comunes a lo largo del extremo fetal del cordón umbilical. Si un médico detecta quistes umbilicales en esta área, podría recomendar algunas pruebas genéticas para determinar si la madre es portadora de genes nocivos. El médico también puede recomendar realizar pruebas al feto en desarrollo para detectar signos de un trastorno. También podría ser aconsejable considerar una cesárea para el parto, porque el quiste podría romperse durante el trabajo de parto y el parto y podría poner en riesgo a la madre y al bebé.
Si el feto tiene una condición congénita, el médico y el paciente pueden discutir las opciones. Puede ser difícil determinar la gravedad de una afección en el útero, y el médico puede decirle a la madre la variedad de presentaciones que se observan con el trastorno para darle una idea de lo que podría esperar. Las mujeres embarazadas también pueden encontrar útil ponerse en contacto con grupos de apoyo y organizaciones de investigación para obtener más información sobre el nivel de atención que el bebé podría necesitar y el tipo de calidad de vida que podría tener.
Como ocurre con muchos eventos inesperados durante el embarazo, no hay nada específico que los padres puedan hacer para prevenir los quistes umbilicales. Estos crecimientos pueden desarrollarse por una amplia variedad de razones, pero los factores ambientales que pueden ser controlados por los padres generalmente no se encuentran entre ellos. Es importante que un médico evalúe un quiste y sea consciente de que no todos son peligrosos y que no necesariamente indican que habrá un problema con el bebé. Una evaluación exhaustiva puede ayudar a la paciente y al médico a decidir cómo seguir adelante con el tratamiento y el manejo del embarazo.