¿Qué es la escucha activa?

En una conversación entre dos o más personas, a menudo se piensa que una persona hablando significa que los demás están escuchando. Lamentablemente, esta no es la verdad en una variedad de situaciones. Las personas pueden distraerse de las voces de otras personas, de sus propios pensamientos, al crear un plan de qué decir a continuación o de muchas otras variables. La escucha activa es un tipo de forma estructurada de conversación, especialmente entre dos personas, donde el enfoque está en escuchar verdaderamente las comunicaciones de la otra persona. Es un modelo de conversación que se utiliza en muchos entornos.

La forma más fácil de entender la escucha activa es pensar en ello en un modelo de conversación uno a uno. Mientras una persona habla, la otra escucha y lo hace con gran atención al hablante. El oyente da señales de concentración continua, como asentir con la cabeza, decir ocasionalmente «uh-huh» o «sí», y trata de retener cualquier reacción personal que pueda ocurrir si la experiencia desencadena emociones negativas o difíciles. El objetivo sigue siendo mantenerse centrado en lo que el hablante está tratando de comunicar sin emitir juicios.

Hay un lugar para hablar en un modelo de escucha activa. Los oyentes pueden fomentar el flujo de la conversación haciendo preguntas al hablante o parafraseando algo de lo que ha dicho el hablante. Esto ayuda al hablante a reflexionar sobre sus propias palabras y aclararlas, retraerlas o continuar con más detalles para explicar el tema en cuestión.

Considere este modelo en un aula con muchos oyentes activos potenciales capacitados en el maestro. Mientras el maestro da una conferencia, los estudiantes pueden o no significar que están escuchando. Algunos actúan muy interesados ​​y mejoran la conferencia pidiendo ejemplos o aclarando con el profesor lo que está diciendo a través de preguntas. El interés del estudiante que quiere saber más es un ejemplo de escucha activa, porque el estudiante está atento a las palabras del maestro, esforzándose por comprender, y no está como el oyente más pasivo podría estar, simplemente ocupado en parte con lo que sea que el maestro pueda decir (o dormido en la parte de atrás del aula).

Este tipo de enfoque se puede aplicar en numerosos entornos. Puede ocurrir en la mediación donde las personas deben resolver un problema juntas. Es una técnica que utilizan los consejeros con las personas a las que aconsejan, y los consejeros pueden enseñarla a los clientes, especialmente en terapia familiar o matrimonial. Aprender a hacer esto puede parecer un poco limitado al principio, ya que va en contra de muchos malos hábitos de comunicación que las personas han desarrollado y que pueden haberlos llevado a la consejería o la mediación en primer lugar. Sin embargo, es una habilidad que vale la pena tener porque demuestra respeto y valor por las comunicaciones de los demás.

Aprender a escuchar activamente no significa que la gente tenga que emplearlo continuamente, lo que puede resultar agotador. Una persona no tiene que parafrasear una declaración rápida de un amigo, como, «Habrá sol» con, «Entonces estás diciendo que crees que va a hacer sol». Eso sería un poco absurdo. Sin embargo, en el contexto apropiado, cuando las comunicaciones son muy importantes, la escucha activa puede resultar extremadamente útil para crear una mejor comunicación.