La intoxicación por cafeína puede ocurrir cuando una persona consume un nivel peligroso de la droga en forma de café, refrescos, bebidas energéticas, chocolate o medicamentos. La cafeína es un estimulante que aumenta la actividad en el sistema nervioso central y dilata los vasos sanguíneos del cuerpo. En pequeñas dosis, puede proporcionar un aumento temporal y positivo del estado de alerta. Sin embargo, una sobredosis de la sustancia puede provocar dolores de cabeza, temblores, confusión y otros efectos secundarios negativos. Las convulsiones, el coma e incluso la muerte pueden ocurrir en casos graves de intoxicación por cafeína.
No existe una cantidad precisa y universal de cafeína que sea tóxica para todos. La edad, el peso, la salud y el historial de consumo de la sustancia de una persona son factores para determinar cuándo podrían tener lugar los efectos de la intoxicación por cafeína. El consumo de más de 500 miligramos de cafeína, aproximadamente la cantidad que se encuentra en seis tazas de café, se considera peligroso para la mayoría de los adultos. Los niños y los bebés pueden desarrollar síntomas de intoxicación por cafeína en dosis mucho más bajas. En general, se cree que tomar más de 10 gramos de cafeína en un período corto de tiempo probablemente sea fatal.
Los primeros síntomas de la intoxicación por cafeína pueden incluir mareos, ansiedad y aumento de la frecuencia cardíaca. Una persona también puede tener problemas gastrointestinales, como náuseas, vómitos y diarrea. Si se introduce más cafeína en el cuerpo, una persona puede desarrollar dolores de pecho, confusión mental, temblores de manos y piernas y palpitaciones del corazón. Es posible tener una convulsión o entrar en coma cuando el cuerpo se abruma con el estimulante.
Si una persona muestra signos de intoxicación por cafeína, es vital buscar atención médica de emergencia. Los paramédicos o el personal de la sala de emergencias pueden evaluar la respiración, la frecuencia cardíaca y la actividad cerebral y proporcionar el tratamiento adecuado para estabilizar los signos vitales. Los pacientes a menudo reciben líquidos por vía intravenosa y tabletas de carbón para contrarrestar la toxicidad de la cafeína en sus sistemas. Puede ser necesaria una bomba de estómago para eliminar grandes cantidades de líquido. Es posible que se necesiten medicamentos y técnicas clínicas adicionales para reducir la frecuencia cardíaca y prevenir las convulsiones.
La intoxicación por cafeína casi siempre se puede prevenir. Una persona debe tomar nota de la cantidad de cafeína que consume cuando toma café, té, refrescos o bebidas energéticas para evitar una sobredosis. Es importante seguir cuidadosamente las instrucciones de dosificación de los medicamentos recetados y de venta libre que contienen cafeína. Por último, los chocolates y las pastillas deben mantenerse fuera del alcance de los niños pequeños y los bebés en todo momento.