El primer paso para tratar una infección ocular en un perro es reconocer los síntomas, como secreción amarilla o verdosa, irritación o picazón, y una mirada «turbia» al ojo. En casos severos, el perro también puede tener dificultades para abrir el ojo. Existen varias formas de tratar las infecciones oculares en los perros, comenzando con la limpieza del ojo con una solución salina. Si no mejora en un día o dos, es posible que se necesite una pomada o gotas oftálmicas junto con una visita al veterinario.
Una de las formas más simples de tratar una infección ocular en un perro es usar una solución salina para limpiar el ojo. Esto debe hacerse varias veces al día. Humedezca un trozo de algodón con solución salina y sosténgalo sobre el ojo para ayudar a suavizar cualquier acumulación de descarga antes de limpiarlo. Las compresas tibias también se pueden usar para ayudar a aliviar la irritación. Si su perro intenta rascarse el ojo, puede ser conveniente invertir en un collar especial, como los que se usan después de la cirugía.
La solución salina se puede comprar, pero también se puede hacer en casa. Use una cucharadita de sal de mesa por cada 34 onzas (aproximadamente 1 litro) de agua destilada. También se puede usar agua del grifo, pero se debe hervir y enfriar antes de agregar la sal. Tenga en cuenta que una mezcla que es demasiado salada podría quemar el ojo, por lo que es más seguro cumplir con la proporción recomendada de sal a agua. Al tratar una infección ocular en un perro en casa, vigílelo de cerca en caso de que la infección empeore.
Puede haber ocasiones en que se necesite medicación para eliminar la infección, y en una situación como esta, es mejor contactar a su veterinario y hacer examinar al perro. Si la infección requiere tratamiento adicional, su veterinario probablemente le recetará ungüento o gotas oftálmicas. Su veterinario también puede ofrecer consejos valiosos sobre el uso y la aplicación de estos tratamientos.
Cuando se trata de una infección ocular en un perro, puede ser tentador hurgar en el botiquín, pero es mejor evitarlo. Algunos expertos aconsejan no usar medicamentos para humanos en perros, ya que puede haber efectos secundarios no deseados. Algunas oficinas veterinarias tienen una farmacia y pueden vender medicamentos sin una consulta, y esta podría ser una forma más económica de obtener tratamiento.