Mycobacterium abscessus es una micobacteria del mismo género que los microbios que causan las enfermedades lepra y tuberculosis. Si bien esta micobacteria puede infectar varias partes del cuerpo, generalmente infecta la piel y los tejidos debajo de la piel. Estas micobacterias se encuentran típicamente en el agua y el suelo. La infección por Mycobacterim abscessus generalmente se transmite a través del contacto con tierra, agua u objetos contaminados. Mycobacterium abscessus no se considera contagioso de persona a persona, y generalmente ingresa al cuerpo a través de una ruptura en la piel.
Las infecciones con Mycobacterium abscessus a menudo pueden causar síntomas graves. Estas micobacterias infectan principalmente la piel, pero pueden, en casos raros, infectar los pulmones, especialmente en aquellos con antecedentes de afecciones pulmonares crónicas. Por lo general, se propaga a través del contacto físico directo con áreas contaminadas, en lugar de a través del contacto de persona a persona. Sin embargo, generalmente se aconseja a las personas infectadas que mantengan limpio el sitio de la infección y se laven las manos con frecuencia, para evitar la contaminación bacteriana del medio ambiente.
Las condiciones respiratorias crónicas, las heridas abiertas y la disminución de la inmunidad son algunos de los principales factores de riesgo para la contracción de esta infección por micobacterias. Esta bacteria puede contaminar los implementos médicos, incluidas las jeringas hipodérmicas, por lo que a menudo infecta a quienes reciben inyecciones o procedimientos quirúrgicos en entornos desinfectados de manera inadecuada. En general, se aconseja a las personas infectadas con esta bacteria que informen al médico de diagnóstico sobre la naturaleza y ubicación de cualquier procedimiento reciente. De esta manera, se puede advertir a los hospitales y clínicas de la posibilidad de que sus equipos se contaminen con Mycobacterium abscessus.
La infección bacteriana causada por Mycobacterium abscessus generalmente causa síntomas en la piel, que incluyen enrojecimiento, hinchazón y dolor. El área infectada puede estar tibia. Se pueden formar forúnculos o nódulos subcutáneos llenos de pus. Los síntomas más generalizados pueden incluir sensación de malestar, escalofríos, fiebre y dolores musculares. En casos severos, la micobacteria puede ingresar al torrente sanguíneo y provocar una infección sistémica.
A menudo se puede hacer un diagnóstico definitivo de abscesos de Mycobacterium cultivando pus de un forúnculo infectado o examinando una muestra de biopsia de piel infectada. Se pueden recetar antibióticos para tratar esta infección, pero a menudo son efectivos solo después de un uso prolongado. Si bien los antibióticos generalmente son necesarios para combatir la infección por Mycobacterium abscessus, el tratamiento también puede implicar la limpieza de pus de forúnculos infectados e incluso extirpar quirúrgicamente el tejido infectado.