Una cigüeña es un ave zancuda grande en la familia Ciconiidae. Estas aves grandes y elegantes se pueden encontrar en todos los continentes de la Tierra, con la excepción de la Antártida, y han tenido largas asociaciones en la mitología humana y la narración de historias. Hoy en día hay una gran variedad de especies de cigüeñas vivas, algunas de las cuales se consideran amenazadas o en peligro de extinción, mientras que otras poblaciones de cigüeñas son saludables, sin motivo de preocupación.
La cigüeña tiende a preferir ambientes de tierras bajas en zonas cálidas a templadas. Estas aves de patas largas caminan con gracia por el agua en busca de presas que incluyen insectos, anfibios, peces y, a veces, aves pequeñas. También tienen cuellos largos, con picos rectos y potentes diseñados para ayudarlos en sus tareas de caza, y el plumaje de una cigüeña varía ampliamente, dependiendo de la especie.
Las cigüeñas pueden vivir y cazar en el suelo, pero les gusta anidar en lo alto. En las comunidades cercanas a los humedales, las cigüeñas históricamente han anidado en los techos de las personas, y se han colapsado los techos como resultado de grandes y desordenados nidos de cigüeñas en lugares como los Países Bajos. Las cigüeñas también anidarán sobre postes de energía y en otros lugares improbables, a veces bajo su propio riesgo.
Muchas cigüeñas se unen en colonias para reproducirse, pero prefieren vivir vidas solitarias cuando termina la temporada de reproducción. Estas aves pueden verse bastante impresionantes en vuelo, ya que intentan ahorrar energía al volar en térmicas, dejando sus largas patas arrastradas y sus cuellos estirados. Las cigüeñas también se quedan sin voz, traqueteando sus picos, silbando, croando, jadeando y algunas veces produciendo vagos sonidos de bocina para comunicarse.
La historia de la cigüeña está muy entrelazada con la habitación humana. Muchas culturas tienen sus propios mitos distintos sobre la cigüeña, que van desde Bulgaria, donde las cigüeñas son heraldas de la primavera, hasta el antiguo Egipto, donde la cigüeña era la personificación del ba o el carácter individual de una persona. Las cigüeñas también se han asociado durante mucho tiempo con la fertilidad, y muchas culturas creen que un gran nido de cigüeñas en el techo es un signo de prosperidad, buena suerte y niños en el futuro cercano.