El estado físico general es parte de la salud general. Significa tener un peso corporal saludable y la capacidad de realizar actividades físicas sin cansarse fácilmente. El estado físico específico es lo opuesto a esta forma de estado físico. Se refiere a qué tan bien una persona puede dominar niveles específicos en un deporte.
La aptitud para la pérdida de peso y el mantenimiento se considera general, ya que puede consistir en diferentes actividades físicas para lograr la salud. El entrenamiento físico general combina actividades que proporcionan tonificación total y beneficios cardiovasculares. Por ejemplo, andar en bicicleta o nadar a un ritmo moderado hace que el corazón bombee y aumenta el oxígeno a través del cuerpo. Estos ejercicios también tonifican y fortalecen el cuerpo de manera general y completa. La construcción de músculos como el levantamiento de pesas o el entrenamiento también se considera una forma física general.
Cuando se realizan entrenamientos para mejorar el rendimiento en un deporte determinado, esto es específico, más que general, el estado físico. Las estrategias de ejercicio en forma física específica están diseñadas para ese deporte. Por ejemplo, los entrenadores personales especializados en cierto deporte, como el golf, ayudarán a los clientes con movimientos de brazos y ejercicios de equilibrio para ayudar a mejorar el swing. El equilibrio es importante en el golf, ya que una mala postura puede provocar un swing y una conexión con la pelota que de otro modo serían buenos. En general, el golf puede usarse como una actividad para ayudar a tonificar los brazos, así como simplemente participar en un deporte al aire libre.
Un entrenamiento enfocado en este tipo de condición física podría ser tan simple como caminar, ya que ayuda a la salud en general. Caminar rápido puede proporcionar ejercicio cardiovascular, así como tonificación de brazos y piernas. Algunas personas aumentan la intensidad de su ejercicio general al agregar gradualmente trotar o correr a los entrenamientos para caminar. Cualquier rutina de ejercicio realizada para ayudar en la salud general se considera aptitud general.
Si bien ciertos movimientos de brazos o piernas o técnicas de equilibrio se usan como parte de un entrenamiento físico específico para mejorar la habilidad en cierto juego como el golf o el tenis, el estado físico general, si se hace regularmente, puede ayudar a reducir los riesgos de algunas enfermedades asociadas con factores de estilo de vida . Por ejemplo, una predisposición genética a la diabetes tipo 2 puede llevar a una persona a desarrollar la enfermedad, pero los estudios han demostrado que se puede prevenir mediante una dieta adecuada y ejercicio regular. Los entrenamientos regulares realizados para mantener el cuerpo sano y resistir enfermedades están orientados a la buena forma física general.