Para algunos puede ser una sorpresa que ciertos tipos de bacterias, como las que se encuentran en el yogur, sean realmente beneficiosas en lugar de perjudiciales. Los diferentes tipos de bacterias en el yogur comúnmente incluyen Lactobacillus bulgaricus, Streptococcus thermophilus y, en algunos casos, Lactobacillus acidophilus, Lactobacillus casei y bifidobacterias. Se ha comido yogur durante tanto tiempo que nadie está realmente seguro de cómo surgió la idea de introducir bacterias en la leche para producir esta comida rica y picante. Sin embargo, lo que es seguro es que las bacterias en el yogurt realizan algunas funciones importantes, desde crear el sabor y textura únicos del yogurt hasta promover una serie de beneficios para la salud de sus consumidores.
La evidencia sugiere que el yogur se ha consumido desde al menos 500 a. C., y se cree que dos tipos de bacterias han estado involucrados en la producción de yogur desde la antigüedad. Estas bacterias son Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus. Cuando se agregan a la leche, estas bacterias comienzan a alimentarse de la lactosa, un azúcar que se encuentra en los productos lácteos, y posteriormente producen ácido láctico. No se sabe cómo estas bacterias inicialmente llegaron a la leche, aunque algunos sospechan que el proceso pudo haber ocurrido accidentalmente. En cualquier caso, el ácido láctico producido por la bacteria demostró ser muy útil para los pueblos antiguos, ya que permitió que los productos lácteos permanecieran frescos por más tiempo de lo habitual.
Desde principios de la década de 2000, muchos fabricantes de yogurt en los EE. UU. Y Europa han organizado campañas publicitarias que llaman la atención pública sobre las bacterias en el yogurt. Las bacterias a las que se hace referencia en tales campañas a menudo complementan los dos tipos de bacterias que siempre se han encontrado en el yogur. Estas bacterias suplementarias pueden incluir Lactobacillus acidophilus, Lactobacillus casei y bifidobacterias. Colectivamente, estas bacterias a menudo se denominan probióticos, un término que alude al rango de beneficios para la salud que se cree que promueven.
De hecho, además de crear una textura espesa y un sabor agradablemente picante, muchos expertos médicos creen que las bacterias en el yogur benefician la salud de varias maneras. En primer lugar, al descomponer la lactosa, estas bacterias desempeñan una función con la que luchan los individuos intolerantes a la lactosa. Como resultado, el intolerante a la lactosa a menudo tolera mejor el yogur que otros productos lácteos y, por lo tanto, puede ser una fuente importante de calcio y proteínas. También se cree que las bacterias en el yogur promueven un equilibrio bacteriano saludable en los intestinos, mejorando a su vez la salud digestiva. Finalmente, la bacteria puede ayudar a prevenir las infecciones por hongos en las mujeres.