La glucosamina y el ácido hialurónico son dos compuestos a menudo combinados en suplementos para la salud. Se toman por una variedad de razones, pero generalmente se usan en un esfuerzo por reparar el tejido comprometido. Se cree que la reparación resultante reduce el dolor de la artritis. Sin embargo, el vínculo entre la glucosamina y el ácido hialurónico va más allá de su presencia en suplementos para las articulaciones.
Ambos compuestos estimulan la reparación de tejidos en las articulaciones afectadas por la artritis. Se cree que así es como funcionan estos compuestos para aliviar el dolor en las articulaciones. La glucosamina es un componente esencial de la producción de ácido hialurónico. Cuando se toman juntas, la glucosamina promueve la síntesis de ácido hialurónico en el tejido sinovial. La combinación de estos compuestos conduce a un mayor alivio del dolor y a la función articular que cuando se toma solo.
El ácido hialurónico se encuentra naturalmente en el líquido articular que ayuda a lubricar estas áreas, así como en el cartílago. La glucosamina es un componente del líquido articular y los tejidos articulares también. La presencia de glucosamina y ácido hialurónico en estos importantes componentes articulares podría explicar por qué su presencia alivia el dolor articular. No es evidente en qué medida estas dos moléculas son absorbidas y utilizadas por los tejidos de las articulaciones in vitro, por lo que su uso como tratamiento oficial para la artritis sigue siendo algo controvertido.
Para que estos productos sean efectivos en la lucha contra el dolor articular, parece que se debe usar sulfato de glucosamina. Esto puede deberse a que el tejido articular solo puede utilizar este tipo de glucosamina. Un estudio que investiga la producción de ácido hialurónico a partir de glucosamina encontró que hay una excepción a esta regla. Las enzimas responsables de crear ácido hialurónico utilizaron clorhidrato de glucosamina en su lugar, y solo en ciertas concentraciones.
Existe la posibilidad de que la glucosamina y el ácido hialurónico puedan ayudar a revertir los cambios relacionados con la edad, como las arrugas. El uso de estos compuestos para este propósito comenzó en Europa, pero su popularidad se extendió a los Estados Unidos. A veces, estas moléculas se pueden encontrar en cremas de tratamiento antienvejecimiento. Se informa que la glucosamina ayuda en las venas sanas y amplias, y se cree que juega un papel en la reparación de las venas varicosas.
El ácido hialurónico se ha demostrado en algunos estudios para ayudar en la reparación natural del tejido de la piel. Después de eventos dañinos como quemaduras solares, las células de la piel en las áreas afectadas degradan el ácido hialurónico y evitan su producción. Es posible que tomar ácido hialurónico como suplemento pueda ayudar a reparar la piel y que la glucosamina ayude a este proceso. Sin embargo, no se ha demostrado que los suplementos de glucosamina y ácido hialurónico aumenten las tasas de reparación de la piel.