Una evaluación dietética es un proceso diseñado para determinar qué tipos de alimentos consume una persona y en qué cantidades. Esta información se combina con los resultados de las evaluaciones físicas y los exámenes de diagnóstico para obtener una evaluación nutricional completa de un paciente. Dichas evaluaciones se utilizan para determinar si los pacientes satisfacen sus necesidades dietéticas, para identificar los factores de riesgo para la salud que un paciente puede estar experimentando y para ayudar a las personas a diseñar dietas apropiadas.
Existen varios métodos de evaluación dietética que se pueden utilizar para recopilar estos datos. Lo mejor es la observación directa, generalmente solo posible en un entorno hospitalario donde la ingesta de alimentos se puede controlar con precisión. Los pacientes que aceptan ser grabados también pueden ser evaluados fuera del hospital, aunque esto puede hacer que el paciente sea consciente de sí mismo y puede significar que es difícil obtener resultados precisos.
Otros métodos pueden incluir mantener un diario de alimentos para rastrear todos los alimentos consumidos o autoinformarse en entrevistas con un proveedor de atención. Las entrevistas telefónicas y las entrevistas en una clínica se pueden utilizar para solicitar información sobre lo que la gente está comiendo. El autoinforme para una evaluación dietética puede ser un método de recopilación de datos defectuoso, ya que los pacientes pueden subestimar la cantidad de alimentos que están comiendo, olvidarse de anotar los refrigerios o no medir las porciones correctamente, lo que da como resultado datos sesgados. Los pasos para ayudar a los pacientes a registrar la información correctamente pueden incluir proporcionar representaciones visuales del tamaño de las porciones y proporcionar a los pacientes listas de verificación que puedan usar en lugar de escribir los detalles de sus comidas.
Se puede usar una evaluación dietética para explorar la posibilidad de alergias a los alimentos, identificar deficiencias nutricionales que pueden estar contribuyendo a problemas de salud o reducir las posibles causas de pérdida o aumento de peso. Al final de la evaluación, un nutricionista, médico o dietista puede revisar la información y hacer recomendaciones. Estos pueden incluir cambiar la ingesta de alimentos, agregar más ejercicio, eliminar ciertos alimentos o agregar suplementos a la dieta para satisfacer las necesidades nutricionales.
Las evaluaciones dietéticas son más valiosas cuando los pacientes son honestos, precisos y detallados en sus respuestas. Cuanto más completa sea la información, mejores serán las recomendaciones de un profesional. Se llevará a los pacientes a través de un proceso detallado para aprender a rastrear e informar lo que están consumiendo y algunos encontrarán útil hacer cosas como tomar fotos, pesar o medir antes de comer para generar datos imparciales. También es importante recordar que no hay respuestas correctas o incorrectas en una evaluación dietética y que la información incompleta puede resultar en una atención comprometida.