El síncope es la terminología médica adecuada para la pérdida repentina del conocimiento o el desmayo. Si bien las causas subyacentes del síncope varían, el fenómeno es relativamente común. Lo más probable es que cada persona experimente un episodio de desmayo con poca o ninguna advertencia en algún momento de su vida.
El desencadenante del síncope puede ser algo tan simple como un susto repentino o una conmoción. No es inusual que alguien se desmaye al enterarse de algún evento inesperado, como la muerte de un ser querido. El desmayo también puede ocurrir cuando la mente y el cuerpo sienten algún tipo de peligro o amenaza inminente y el individuo no puede escapar de la situación.
En términos de cómo un desmayo afecta al cuerpo, la condición es provocada por un cambio en el flujo sanguíneo al cerebro. A menudo hay un cambio sustancial en la presión arterial que hace que el cerebro no reciba una cantidad normal de sangre dentro y fuera del órgano. Esta interrupción en el flujo sanguíneo hace que el individuo pierda el conocimiento por un corto período de tiempo. Cuando el síncope no se debe a alguna afección médica en curso, generalmente es fácil revivir al individuo en un corto período de tiempo.
Debido a que el desmayo no tiene por qué estar vinculado a alguna enfermedad subyacente, el fenómeno puede ser experimentado por casi cualquier persona. Las personas de todas las edades y géneros pueden experimentar un episodio de desmayo. Generalmente, el desmayo real está precedido por un endurecimiento momentáneo de la postura corporal antes de que la persona pierda el conocimiento. Puede parecer que los ojos giran hacia atrás en la cabeza justo cuando los párpados se cierran y el cuerpo se vuelve flácido.
El síncope también puede ser un síntoma de algún tipo de afección médica, como presión arterial baja o incluso un trastorno de ansiedad extrema. Cuando se produce un episodio de desmayo, es importante consultar a un médico lo antes posible. Si bien el síncope es a menudo un evento único desencadenado por algunos estímulos inesperados, un chequeo físico completo ayudará a asegurar que el evento no fue un precursor de algo más serio.