La acidosis láctica ocurre cuando el ácido láctico se acumula en la sangre más rápidamente de lo que se elimina. Los síntomas comunes de la acidosis láctica incluyen sudoración, fatiga, dolor de estómago, letargo, latidos cardíacos rápidos, respiración acelerada, aliento con olor dulce y náuseas. Puede sentirse similar a la insolación o al agotamiento por calor, y con mayor frecuencia surge en situaciones en las que es probable que ocurran esas condiciones.
Un análisis de sangre puede determinar si hay demasiado ácido láctico en la sangre. Sin embargo, es posible que se necesiten más pruebas para descubrir la causa. Podría ser necesario analizar el líquido cefalorraquídeo para descartar ciertas infecciones potencialmente mortales.
Los síntomas de la acidosis láctica son similares a muchos de los síntomas de sobrecalentamiento y agotamiento, por lo que una persona puede confundir sus síntomas entre sí. El ejercicio intenso es la causa más común de esta afección. La cura a menudo es tan simple como descansar hasta que el cuerpo pueda descomponer el exceso de ácido láctico en la sangre. Beber bebidas deportivas que contienen electrolitos ayuda a prevenir el problema o puede acelerar la recuperación.
Cuando los riñones o el hígado no funcionan correctamente, es posible que no sea posible esperar a que el cuerpo se recupere por sí solo. Los pacientes con diabetes, las personas que padecen el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y otros trastornos autoinmunes y las personas con problemas hepáticos y renales pueden tener un mayor riesgo y deben tomar en serio los síntomas de la acidosis láctica. Si no se trata, la afección eventualmente puede conducir a un coma.
Existe una variedad de medicamentos y venenos que también pueden provocar la acumulación de ácido láctico. El problema con los venenos, por supuesto, es que la mayoría de las veces, las enfermedades resultantes son por exposición accidental. Puede ser difícil identificar la fuente. Cuando los medicamentos son los culpables, es posible que sea cuestión de tiempo antes de que se puedan encontrar los reemplazos adecuados. En esos casos, es mejor trabajar en estrecha colaboración con un médico que se encarga de controlar el progreso de la persona.
A veces es la falta de algo lo que causa un problema. Junto con los síntomas de la acidosis láctica, los pacientes con deficiencia de vitamina B1, por ejemplo, pueden experimentar pérdida de memoria, depresión y confusión general. Un profesional médico capacitado podrá determinar el origen de los problemas y cualquier tratamiento que sea necesario.
Esta condición no siempre es para peor. Los atletas de alto rendimiento a menudo aprenden a superar los síntomas de los músculos doloridos y fatigados para alcanzar nuevos niveles. Investigaciones recientes sugieren que la acumulación de ácido láctico en estos casos podría mejorar las capacidades, empujando al cuerpo humano más lejos de lo que normalmente iría. Sin embargo, antes de intentar usar el ácido láctico de esta manera, se debe realizar más investigación y supervisión por parte de un profesional capacitado.