¿Qué es la ironía situacional?

La ironía situacional es la aplicación de la ironía a un evento o serie de eventos en la vida real o en la ficción. A veces se le llama ironía cósmica o ironía del destino. La ironía, un término poco entendido, se refiere a una disparidad entre lo que se espera que suceda y lo que realmente sucede. La ironía verbal, que subvierte el significado de una palabra u oración mediante el uso del tono o el contexto, se conoce mejor como sarcasmo. La ironía dramática es un recurso narrativo mediante el cual las acciones de un personaje tienen el efecto opuesto al que se pretendía; esto es lo que la mayoría de la gente quiere decir cuando se refiere a la ironía situacional.

El concepto de ironía era bien conocido por los antiguos griegos, y las leyendas griegas proporcionan algunos de los primeros ejemplos de ironía situacional. Una leyenda involucra al héroe Perseo, nieto de Acrisio, que era rey del reino griego de Argos. Un vidente predijo que Acrisio sería asesinado por su nieto, por lo que Acrisio hizo todo lo posible para evitar este destino, incluido encarcelar y exiliar a su hija. El exiliado Perseo se convirtió en un héroe legendario y regresó al reino de su abuelo para un evento deportivo, donde accidentalmente mató a Acrisio con un disco mal lanzado. Al igual que con muchos de esos cuentos, el intento de la persona de evitar el destino predicho aseguró que ocurriera.

El ejemplo clásico de ironía situacional involucra al héroe griego Edipo, a quien un vidente le advirtió que mataría a su padre y se casaría con su madre. Tratando de evitar este destino, Edipo huyó a un nuevo reino, donde mató a su rey después de una pelea y luego se casó con la reina. Solo más tarde se enteró de que fue adoptado y que el rey y la reina eran sus padres biológicos. Esta leyenda inspiró a Sófocles a escribir Edipo Rey, la famosa tragedia griega. Para los griegos, que creían que el destino de una persona estaba predeterminado por diosas llamadas las Parcas, tratar de evitarlo era una especie de pecado.

Para calificar como ironía situacional, el evento debe estar precedido por acciones diseñadas para crear el efecto contrario. Romeo y Julieta de Shakespeare es otro ejemplo clásico; Al fingir su propia muerte, Juliet provoca accidentalmente los trágicos acontecimientos del final de la obra. Un ejemplo de la vida real fue el intento de asesinato de 1981 contra el presidente estadounidense Ronald Reagan. Las balas del tirador en realidad no alcanzaron al presidente. Una bala, sin embargo, rebotó en la limusina a prueba de balas que se suponía que debía protegerlo, y fue esta bala la que hirió a Reagan.

Cuando la ironía situacional lleva a que una persona merecedora sea castigada de manera accidental pero apropiada, se le llama justicia poética. Un ejemplo sería un ladrón al que asaltan. Si el ladrón es asaltado en el camino a casa después de un robo, sería un ejemplo de karma instantáneo. Es entonces cuando una acción tiene consecuencias irónicas inmediatas; el término proviene de una famosa canción de 1970 del ex Beatle John Lennon. El karma es un concepto en la espiritualidad hindú que sostiene que una persona experimentará las consecuencias de sus buenas y malas acciones, también resumidas en la expresión en inglés «lo que va, vuelve».