Pizarra en blanco es un término filosófico para un estado mental teórico que existe en los bebés humanos. Está relacionado con el término latino tabula rasa, que se refiere a una superficie de escritura sin marcas. Según la teoría, los humanos nacen completamente libres de pensamientos o ideas, y solo los adquieren después de la exposición a la familia y la sociedad. La idea de tabula rasa ha existido durante al menos 1,000 años, pero se identifica más fuertemente con el filósofo del siglo XVII John Locke. Los descubrimientos científicos recientes han desafiado la idea, sugiriendo que los factores genéticos dan forma a algunas características de la mente humana.
El término latino tabula rasa se traduce generalmente como pizarra en blanco, aunque una traducción más precisa sería pizarra borrada. Antes de que el papel estuviera ampliamente disponible, la gente de muchas sociedades fabricaba tablillas para escribir con un mineral llamado pizarra. Las marcas en estas tabletas, también llamadas pizarras, se pueden borrar para que la tableta se pueda reutilizar. En la antigua Roma, estas tablillas a veces se cubrían con cera, que se calentaba para eliminar las marcas para su reutilización. Estos objetos dan al inglés moderno las expresiones pizarra limpia y pizarra en blanco.
El concepto de la pizarra en blanco en la inteligencia humana fue defendido por primera vez por el filósofo islámico del siglo X Ibn Sina, más conocido como Avicena. Avicena propuso que la mente humana al nacer era puro potencial, sin forma ni contenido. Esta idea estaba en conflicto con la creencia predominante de la filosofía europea de la época de que un bebé humano estaba habitado al nacer por un alma preexistente. Aparte de algunos filósofos, la idea fue ignorada en gran medida durante los siguientes 10 años.
La frase tabula rasa se registró por primera vez en inglés en 1607. Cerca del final del mismo siglo, el filósofo británico John Locke publicó su influyente tratado, «An Essay Concerning Human Understanding». Locke propuso que la mente humana al nacer está vacía de ideas, pensamientos o personalidad, todos los cuales se agregan mediante la experiencia, la educación y la observación posteriores. Las ideas de Locke fueron muy influyentes a lo largo de los siglos siguientes. Cuando Sigmund Freud desarrolló sus ideas de psicología en la década de 1890, propuso que la personalidad humana está completamente formada por experiencias de la primera infancia en una mente que, por lo demás, es una pizarra en blanco.
Los descubrimientos científicos del siglo XX han desafiado muchos principios de la teoría de la pizarra en blanco. Los estudios en ciencia del cerebro y psicología han demostrado que muchos rasgos, como la sexualidad, las emociones e incluso las habilidades del lenguaje, pueden estar influenciados por factores genéticos. Otros estudios sugieren que puede existir un marco para la personalidad al nacer, incluso si la personalidad real no se forma hasta más tarde. El libro del psicólogo Stephen Pinker de 20 The Blank Slate recopila muchas de estas teorías, presentando un desafío a la idea de la tabula rasa. El concepto de pizarra en blanco sigue siendo un tema de viva discusión y debate entre científicos y filósofos.