La regeneración de axones es el proceso de reparación de células portadoras de señales llamadas neuronas en el sistema nervioso, específicamente sus ejes transmisores llamados axones. Un axón lleva una señal a través de la longitud de la neurona hasta su objetivo, que puede ser músculos u otras neuronas. La cultura popular tiene una idea errónea común de que las neuronas no pueden repararse o regenerarse, pero el cuerpo humano repara axones y, por extensión, neuronas, con mucha frecuencia. El grado de función que regresa después de esta reparación depende de una variedad de factores, incluida la ubicación de la neurona lesionada dentro del sistema nervioso.
El proceso de regeneración del axón es largo, pero se realiza de una manera que intenta preservar la mayor funcionalidad posible durante los pasos de reparación. Cuando se rompe un axón, el cuerpo celular de la neurona comienza a producir muchas proteínas para ayudar a que vuelva a crecer. Al mismo tiempo, las neuronas cercanas extienden piezas de axón temporales adicionales al objetivo previsto del axón roto, para que puedan hacerse cargo de al menos parte de la función de la neurona rota mientras se está reparando. El axón roto conectado al objetivo es luego destruido por las enzimas, y el axón restante conectado al resto de la neurona vuelve a crecer al objetivo. Una vez que el axón reparado está conectado al objetivo, las piezas temporales del axón que se extienden desde las neuronas vecinas mueren.
Ciertos tipos de neuronas pueden experimentar una regeneración de axones exitosa mejor que otras. El daño nervioso en el sistema nervioso periférico, que comprende todos los nervios fuera del cerebro y la médula espinal, a menudo puede repararse completamente con regeneración. Por ejemplo, si uno sufre daño nervioso en la mano o el pie debido a una lesión, este daño con frecuencia se reparará a tiempo. En contraste, el daño nervioso al cerebro o la médula espinal puede causar un daño significativo que puede no repararse por completo. La regeneración puede fallar por completo en estas áreas, por lo que la parálisis a menudo es permanente.
La regeneración del axón puede fallar en el cerebro y la médula espinal por tres razones. Las neuronas en el cerebro y la médula espinal habitan en un entorno significativamente diferente a las del sistema nervioso periférico, y ese entorno puede inhibir la regeneración del axón. Las neuronas en esta región también tienen una respuesta de regeneración que es naturalmente más débil que en otras áreas del cuerpo. Una cicatriz que se forma en los axones, llamada cicatriz glial, es mucho más propensa a formarse en el cerebro y la médula espinal, y esta cicatriz evita que los axones vuelvan a crecer. Los intentos de comprender estas limitaciones en la regeneración de axones están en curso, y el progreso futuro probablemente mejorará la vida de muchas personas con daño nervioso.