El descortezado es una cirugía realizada en perros que elimina su capacidad de ladrar ruidosamente. El procedimiento, que corta las cuerdas vocales mientras el perro está bajo anestesia general, es bastante simple y rara vez tiene complicaciones. Sin embargo, muchos creen que descortezar perros no solo es innecesario sino también inhumano, que no soluciona los problemas subyacentes que hacen que el perro ladre y que es simplemente cruel quitarle la capacidad de vocalizar a un perro.
La cirugía utilizada en el descortezado de perros es bastante sencilla. Después de anestesiar al perro, un cirujano veterinario alcanza la boca del perro o hace una pequeña incisión en la laringe. Usando un láser o herramientas quirúrgicas, el cirujano corta parte de las cuerdas vocales y luego cierra la herida. Los riesgos principales de la cirugía incluyen infección, sangrado y dolor. Algunos perros también pueden volver a crecer sus cuerdas vocales, recuperando su capacidad de ladrar después de unos meses. Otros pueden desarrollar tejido cicatricial excesivo sobre la incisión, lo que lleva a la necesidad de una cirugía adicional.
Las personas generalmente optan por descortezar perros cuando los animales ladran crónica o habitualmente. Un animal que ladra ruidosamente puede ser una molestia para los propietarios y vecinos, especialmente si el problema es constante. Es bastante fácil ver por qué los propietarios frustrados buscan una forma de silenciar a su ruidoso perro permanentemente, especialmente si el animal no responde al entrenamiento conductual o tiende a ladrar constantemente cuando se lo deja solo.
Los opositores a los perros que descortezan insisten en que la cirugía es inhumana y le quita al perro que exhibe un comportamiento natural. Los perros ladran para advertir o expresar necesidades, y los amantes de las mascotas preocupados sienten que descortezar a un perro puede llevar a que sus dueños ignoren sus necesidades. Además, el descortezado no elimina la capacidad de emitir ningún sonido, por lo que la gran corteza en auge puede ser reemplazada por un jadeo perpetuo e igualmente irritante.
En algunos casos, cuando los vecinos se quejan ante las autoridades o la situación no se puede vivir, los propietarios pueden no estar seguros de qué hacer, aparte de desarmar a su perro. Otras soluciones, como los collares de choque o los bozales activados por sonido, parecen igualmente crueles. Algunos propietarios incluso pueden elegir matar o abandonar a sus mascotas en lugar de lidiar con el problema. Sin embargo, los terapeutas y los entrenadores de perros insisten en que la mayoría de los problemas de ladridos se pueden solucionar con un entrenamiento adecuado.
Algunos veterinarios se niegan a realizar procedimientos de descortezado debido a que la cirugía no soluciona el problema y puede causar dolor continuo al animal. Sin embargo, otros insisten en que la cirugía es preferible a que el animal sea maltratado, abandonado o muerto debido a su problema, y aceptarán realizar la cirugía. Descortezar perros es realmente un tema controvertido en la comunidad animal tanto para los propietarios como para los médicos. Si bien es comprensible la frustración de los propietarios que no pueden o no quieren entrenar a sus mascotas con malos hábitos de ladrar, muchos expertos cuestionan la idoneidad de tener una mascota de la que no se puede cuidar adecuadamente.