El valor nutricional de las manzanas parece depender en gran medida de la fibra dietética y otros nutrientes valiosos que se encuentran en ellas. Las manzanas de todas las variedades suelen contener grandes cantidades de polifenoles, que pueden tener propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Como alimento integral, se cree que las manzanas reducen el colesterol en la sangre y ayudan a controlar los niveles de azúcar en la sangre. Se cree que la combinación de polifenoles y fibra dietética que generalmente se encuentra en las manzanas enteras ayuda a disminuir el apetito, y algunos investigadores piensan que comer manzanas enteras puede ayudar a mantener un equilibrio adecuado de la flora normal en el tracto digestivo inferior. Las manzanas son generalmente un alimento bajo en calorías, alto en vitaminas A y C, y también ofrecen algo de calcio, fósforo, ácido fólico y potasio.
La manzana típica de tamaño mediano pesa alrededor de 4.5 onzas (125 gramos) y contiene alrededor de 65 calorías. Las manzanas pueden contener una cantidad muy pequeña de grasa, pero generalmente no contienen grasas saturadas o grasas trans. Ofrecen aproximadamente 0.1 onzas (3 gramos) de fibra dietética, y generalmente contienen aproximadamente 0.5 onzas (13 gramos) de carbohidratos simples.
Sin embargo, las manzanas son una fuente valiosa de vitamina C, vitamina A y polifenoles. Se cree que los polifenoles en las manzanas tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Los investigadores creen que pueden ayudar a prevenir el asma y el cáncer de pulmón. Pueden ayudar a reducir el colesterol en la sangre y pueden ser parte de la razón por la cual las manzanas ayudan a frenar el apetito y a controlar los niveles de glucosa en la sangre.
Los expertos en nutrición generalmente recomiendan el consumo de al menos dos frutas frescas enteras al día. Se cree que el valor nutricional de las manzanas como fruta fresca es mucho mayor que el valor nutricional de las manzanas después de haber sido procesadas en salsa o jugo. Los investigadores creen que gran parte del valor nutricional de las manzanas proviene de la combinación de vitaminas, minerales, fibras dietéticas y fitonutrientes que proporcionan cuando se consumen enteras como una fruta fresca. Se cree que las vitaminas y nutrientes que se encuentran en las manzanas pueden hacer que sus fibras dietéticas sean más accesibles para el cuerpo.
Muchos de los nutrientes más beneficiosos en las manzanas se pueden encontrar en la cáscara de la fruta. Eliminar la cáscara también puede eliminar gran parte del contenido de fibra dietética de la fruta. Pelar manzanas también puede reducir significativamente su contenido de vitamina C.
Como parte de una dieta saludable, comer manzanas puede ayudar a controlar el apetito. Algunos estudios sugieren que comer una manzana fresca unos minutos antes de la hora de comer puede reducir el apetito y el consumo de calorías durante la comida. Las personas que hacen dieta pueden reducir su consumo de calorías en una comida determinada hasta en 60 calorías, incluso contando las calorías que se encuentran en la manzana, mientras se sienten satisfechos con la comida.