Un rectocele es una afección médica que se produce cuando hay un desgarro en el tejido fibroso entre la vagina y el recto. Luego, parte del tejido del recto sobresale a través del desgarro. Esto a menudo causa una sensación de presión o una sensación de que los intestinos no se han vaciado completamente después de una evacuación intestinal. Un bulto suave en el área vaginal, dificultad para defecar y dolor durante las relaciones sexuales son algunos de los síntomas de un rectocele. Las causas comunes de un rectocele incluyen parto, estreñimiento o cirugía pélvica como una histerectomía. Las opciones de tratamiento pueden incluir ejercicio, cambios en la dieta o cirugía.
Si el rectocele es pequeño, es posible que no haya síntomas perceptibles. En algunos casos, la mujer puede sentir un bulto suave en el área vaginal. Este bulto puede o no sobresalir a través de la abertura vaginal. También puede sentir presión en el área rectal. Algunas mujeres pueden sentir una pérdida de tono muscular en la vagina, lo que puede causar vergüenza ante la idea de tener relaciones sexuales.
Otros síntomas de rectocele pueden incluir dificultad para defecar o una sensación de que los intestinos no se han vaciado por completo. Es posible que algunas mujeres necesiten empujar físicamente el bulto de la vagina para poder defecar. Las deposiciones pueden volverse dolorosas, especialmente si el desgarro es grande. Cuando se presentan estos síntomas de rectocele, puede ser necesaria una visita al médico. Es importante obtener un diagnóstico preciso y asegurarse de que los síntomas no estén relacionados con una afección médica más grave.
Los problemas sexuales a menudo se desarrollan debido a los síntomas del rectocele. No solo es probable que una mujer que padece esta afección se sienta avergonzada y tenga problemas emocionales asociados con la vergüenza o la inseguridad, sino que también pueden existir síntomas de rectocele sexual físico. Por ejemplo, las relaciones sexuales pueden volverse dolorosas, especialmente si el bulto vaginal comienza a crecer. Algunas mujeres también pueden sentir que algo está a punto de salirse de la vagina.
En casos más graves, puede haber sangrado vaginal, especialmente al defecar. También puede haber episodios ocasionales de incontinencia intestinal en algunas mujeres. En realidad, parte del recto puede sobresalir de la vagina o el ano hasta el punto en que se puede ver.
Los cambios en la dieta a menudo pueden ayudar a aliviar muchos síntomas de rectocele. Agregar la ingesta de fibra y agua a la dieta puede ayudar a prevenir el estreñimiento y la necesidad de esforzarse al defecar. Sin la presión adicional en el área rectal, el problema a menudo se corregirá solo. El ejercicio leve a moderado también puede ayudar a fortalecer los músculos y tejidos de la región pélvica. Si estas medidas no alivian los síntomas del rectocele, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para reparar los tejidos dañados.