La fertirrigación es una práctica de jardinería y paisajismo en la que se agregan materiales solubles en agua al agua utilizada para el riego. Clásicamente, la fertirrigación proporciona nutrientes en forma de fertilizantes, aunque también se puede utilizar para proporcionar enmiendas al suelo y una variedad de otros materiales, incluidos productos químicos agrícolas para hacer frente a las plagas de cultivos y enfermedades de las plantas. En la agricultura comercial, la fertirrigación se usa ampliamente y el concepto comenzó a extenderse al paisajismo residencial y la jardinería de pasatiempos a principios de la década de 2000.
Un sistema básico simplemente tiene un tanque conectado a la salida de agua, lo que permite al usuario agregar productos químicos al tanque según sea necesario. Por lo general, los códigos locales requieren la instalación de una válvula de reflujo, que evita que los materiales en el tanque suban por la línea de agua, eliminando así el riesgo de contaminación. También es posible que se requieran permisos para determinados productos químicos agrícolas, especialmente aquellos que supongan un riesgo para la salud humana y animal si se gestionan de forma inadecuada.
Cuando se fertilizan los cultivos, los materiales solubles en agua en el tanque se entregan a las plantas junto con el agua que necesitan. Este sistema de suministro permite que las plantas absorban más de lo que pueden a través de aplicaciones tópicas clásicas, lo que significa que se necesitan menos fertilizantes y otros materiales. Además, este sistema reduce el riesgo de lixiviación y escorrentía, lo que beneficia al medio ambiente circundante. También es más fácil administrar el sistema en comparación con un régimen típico de fertilización tópica y cuidado de las plantas.
Una clara desventaja de la fertirrigación es que no permite a los agricultores y jardineros entregar enmiendas sólidas para el suelo, como abono, humus y materiales similares. Esto puede provocar desequilibrios en la calidad del suelo, especialmente si el método se usa durante un período prolongado para manejar los cultivos. Estos sistemas también pueden reducir la cantidad de tiempo que se dedica a inspeccionar los cultivos, porque las personas no necesitan estar tanto en los campos, y esto puede significar que se pierden los primeros signos de problemas en los campos.
Ciertamente, hay muchas razones para utilizar un sistema de fertirrigación o para integrarlo en un sistema existente de paisajismo y jardinería. La fertirrigación regular puede ayudar a las plantas a desarrollar raíces grandes y saludables, lo que conduce a cultivos y jardines ornamentales más saludables y felices. Sin embargo, antes de instalar este sistema, es una buena idea verificar los códigos locales para confirmar que el sistema es legal y ver qué productos químicos se pueden usar con un tanque de fertirrigación.