El ginseng americano es una hierba perenne, autóctona de América del Norte, cuyas raíces a menudo se usan con fines medicinales. Es similar al ginseng asiático tanto en apariencia como en efecto, aunque la medicina tradicional china asocia la variedad estadounidense de ginseng con energía Yin tranquila y la variedad asiática con energía Yang agresiva. Se ha demostrado que el ginseng americano reduce los niveles de azúcar en la sangre en personas que padecen diabetes tipo 2, aunque no debe usarse como un reemplazo para las inyecciones de insulina. Las raíces de ginseng también se han utilizado para tratar una amplia variedad de afecciones, incluido el trastorno por déficit de atención (TDA), resfriados e influenza, anemia, insomnio, estrés, impotencia, fiebre y fibromialgia. Sin embargo, la efectividad del ginseng en el tratamiento de cualquiera de estas afecciones no se ha investigado suficientemente.
La planta de ginseng estadounidense es miembro de la familia de la hiedra. Sus hojas verdes crecen en forma circular, con grandes flores amarillas que crecen en el centro del tallo. Las raíces de la planta son bifurcadas y de color tostado, y su forma se hace eco vagamente de la del cuerpo humano. El ginseng una vez creció salvaje en una gran parte del este y centro de los Estados Unidos, y fue utilizado como una panacea por los nativos americanos. En los tiempos modernos, es raro encontrar el ginseng americano creciendo en forma silvestre, y las fuentes más abundantes de la hierba en los Estados Unidos son las granjas comerciales ubicadas en Wisconsin y Minnesota.
Las propiedades medicinales del ginseng se deben en gran medida a la presencia de compuestos orgánicos llamados ginsenósidos dentro de la planta. Los ginsenósidos tienen propiedades antiinflamatorias, que pueden explicar la eficacia del ginseng en el tratamiento de fiebres y dolores de cabeza. Estos compuestos también parecen tener un efecto sobre los niveles de azúcar en la sangre y la producción de insulina, por lo que muchos diabéticos pueden complementar sus inyecciones de insulina con ginseng. Los estudios realizados en ratas indican que los ginsenósidos aumentan la producción de testosterona, aumentan la libido y combaten la infertilidad e impotencia masculina. Otros estudios en animales de laboratorio muestran que los ginsenósidos pueden combatir algunos síntomas de cáncer, pero se desconoce si esto también es cierto para los humanos.
A menudo se afirma que el ginseng americano es un adaptógeno, una sustancia que aumenta la resistencia del cuerpo humano al estrés y a las enfermedades relacionadas con el estrés. La evidencia científica de la existencia de adaptógenos es limitada. Sin embargo, algunos estudios sugieren que el ginseng estimula el sistema inmunológico y apoya la función de las glándulas suprarrenales, lo que puede contribuir a reducir los niveles de estrés emocional y físico.
El ginseng americano está disponible en una variedad de formas que se pueden tomar por vía oral, incluidos extractos a base de agua o alcohol, cápsulas y tabletas. Si bien la variedad estadounidense de ginseng generalmente es segura para el uso a corto plazo, algunas personas que toman suplementos de ginseng pueden experimentar efectos secundarios como diarrea, dolor de cabeza, euforia, presión arterial alta e insomnio. Debido a los efectos del ginseng sobre el azúcar en la sangre, debe tomarse con alimentos para evitar la hipoglucemia.