Las personas que comen en respuesta al estrés o problemas difíciles, o que a menudo comen alimentos reconfortantes cuando se sienten deprimidos o aburridos, comen emocionalmente. Hay muchas medidas que una persona puede tomar para liberarse de la alimentación emocional. Por ejemplo, puede buscar formas de reducir su nivel de estrés y buscar el apoyo de los miembros de la familia y otros seres queridos. También puede tomar medidas para dormir más y elegir bocadillos más saludables. Sin embargo, en algunos casos, aquellos que están tratando de liberarse de la alimentación emocional pueden beneficiarse más de la ayuda de un consejero profesional de salud mental.
La alimentación emocional es un problema grave que puede dañar a una persona de varias maneras. Por ejemplo, puede provocar obesidad y problemas de salud como diabetes y enfermedades cardíacas. También puede dañar la autoimagen de una persona y hacer que se sienta deprimido, sin valor y avergonzado. En algunos casos, la alimentación emocional puede incluso convertirse en un trastorno alimentario. Cuando esto ocurre, el comedor emocional puede tener grandes dificultades para volver a los hábitos alimenticios saludables por su cuenta.
Las personas que comen en respuesta al estrés pueden beneficiarse al encontrar otras formas de lidiar con situaciones y emociones difíciles. Por ejemplo, un comedor emocional puede practicar yoga o comenzar a meditar diariamente. Algunas personas encuentran que el movimiento les ayuda a lidiar con el estrés. En tal caso, una persona puede comenzar a trotar o hacer alguna otra forma de ejercicio. Esta solución ofrece el beneficio adicional de promover una mejor salud y pérdida de peso.
Una persona que está tratando de liberarse de la alimentación emocional puede encontrarlo más fácil si tiene una red de personas de apoyo para hablar. Para muchas personas, los familiares y amigos pueden brindar apoyo mientras intentan poner fin a la alimentación emocional. Sin embargo, desafortunadamente, algunas personas no tienen seres queridos que estén dispuestos a brindar el apoyo que necesitan. En tal caso, unirse a un grupo de apoyo para comedores emocionales puede ayudar. Incluso hay algunos grupos de apoyo que se alimentan de emociones y se reúnen en línea.
Poner algo de esfuerzo en la planificación también puede ayudar a una persona a liberarse de la alimentación emocional. Por ejemplo, planificar su día para que duerma lo suficiente puede ayudar a una persona a evitar comer en exceso debido a la necesidad de un impulso de energía y también puede ayudarlo a lidiar mejor con el estrés. El manejo del estrés es a menudo más difícil para quienes tienen falta de sueño. Del mismo modo, planificar refrigerios saludables puede ayudar al consumidor emocional a evitar comer comida chatarra cuando un antojo se vuelve abrumador. Incluso algo tan simple como planificar actividades recreativas puede ayudar a una persona a evitar el aburrimiento que puede conducir a una alimentación emocional.
Cuando la alimentación emocional se sale de control, una persona puede recurrir a un consejero de salud mental para obtener ayuda. Un profesional de la salud mental puede ayudar a un comedor emocional a descubrir la raíz de sus problemas alimenticios y desarrollar mejores habilidades para enfrentar el estrés de la vida. También puede evaluar al comedor emocional para un trastorno alimentario. Si el individuo tiene un trastorno alimentario, tratarlo puede ayudarlo a liberarse de la alimentación emocional.