La paradoja de la productividad es una explicación económica de cómo un aumento en la tecnología no necesariamente significa que habrá un aumento en la productividad. El término fue utilizado por primera vez por Erik Brynjolfsson, profesor de administración de la MIT Sloan School of Management, cuando afirmó que no existe una correlación entre las mejoras de TI y la productividad. Él creía que las causas de la paradoja de la productividad son que las mediciones actuales de la productividad son inexactas, las ganancias privadas se producen a expensas de las ganancias generales, los retrasos de tiempo para obtener ganancias y la tecnología está mal administrada.
La paradoja de la productividad es importante porque revela que las inversiones en tecnología pueden no ayudar a una empresa o sociedad a ser más productivas. La evidencia estadística muestra que después de un cierto nivel de inversión, la productividad comienza a estabilizarse a medida que se realizan más inversiones. Esto significa que después de cierto punto, las empresas no deberían depender de grandes inversiones en tecnología si se determina que aumentará la productividad. Los economistas también encuentran que el producto interno bruto (PIB) no necesariamente aumenta a medida que los países cambian para ser más tecnológicos. Si bien puede ser cierto que la paradoja de la productividad existe, algunos argumentan que la paradoja se debe a medios ineficientes para medir la productividad u otras causas que no se tienen en cuenta en los cálculos.
Los métodos para medir la productividad son limitados y tienen debilidades notables. Los economistas suelen medir la productividad tomando el cambio porcentual en el PIB y dividiéndolo por la cantidad de trabajo por hora. La principal debilidad de este método es que solo considera las mejoras tecnológicas en el momento en que se recopilaron las estadísticas. Las empresas tienden a utilizar el método de productividad total de factores (TFP), que se calcula restando las mejoras de productividad de los ingresos por empleado. La debilidad de este método es que supone que las inversiones tecnológicas mejoran la productividad incluso cuando ese no es el caso.
Los métodos actuales para medir la productividad pueden no tener en cuenta ciertas variables que afectan la productividad debido a la tecnología, lo que hace que las ganancias parezcan menores. Otra causa potencial es mirar las ganancias netas, ya que si una empresa experimenta una ganancia a expensas de los competidores, las ganancias netas no mostrarán cambios. También es posible que las ganancias aparezcan más tarde de lo esperado, por lo que no se tienen en cuenta cuando se miden. Si la administración no está utilizando la nueva tecnología en todo su potencial o tiene dificultades para administrar su departamento, entonces no se obtendrán las ganancias esperadas.
Inteligente de activos.