Se rumorea que la hierba conocida como equinácea tiene propiedades medicinales útiles contra el resfriado común y el virus de la gripe. Existe alguna evidencia de que los tés o suplementos hechos de varias partes de la planta tienen beneficios medicinales si se toman al primer signo de enfermedad. Por otro lado, para ciertas personas, hay efectos secundarios de la equinácea que son menos que agradables. Aunque los efectos secundarios de la equinácea rara vez ponen en peligro la vida, depende de la persona determinar si los beneficios que la planta podría proporcionar superan las posibles desventajas.
Los estudios son incompletos sobre el tema, pero existe una gran incertidumbre con respecto a los efectos secundarios de la equinácea si la hierba se toma a largo plazo. La comunidad médica generalmente acepta el uso a corto plazo como seguro, pero esta línea de razonamiento no está exenta de advertencias. Muchas personas han reportado efectos secundarios de la equinácea como vómitos, mareos, náuseas, dolor de estómago y diarrea. Otras personas han experimentado de todo, desde dolor en las articulaciones, dolor de garganta y dolores de cabeza. Se desconoce si estos efectos secundarios de la equinácea fueron psicosomáticos, si hubieran ocurrido independientemente del uso de la equinácea o si hubieran resultado de haber tomado una cantidad demasiado grande de la hierba.
Lo que se sabe es que los efectos secundarios de la equinácea pueden causar reacciones cutáneas. La equinácea a veces se aplica directamente sobre la piel, ya que existe evidencia de que puede acelerar la curación de las heridas. Sin embargo, para algunos usuarios, las erupciones cutáneas y las alergias son solo dos posibles efectos secundarios de la equinácea. La prevalencia de estas alergias parece más común en aquellos que son alérgicos a otras plantas nocivas, como la ambrosía.
Para estar seguro y evitar posibles complicaciones adversas con otros medicamentos, siempre se debe consultar a su médico antes de tomar equinácea. Las mujeres embarazadas o en período de lactancia nunca deben tomar equinácea. Cualquier persona que padezca un trastorno autoinmune también debe evitarlo.
Como sucede con muchos productos herbales, la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) no ha establecido normas o regulaciones estrictas y rápidas relacionadas con la fabricación de suplementos de equinácea. Por lo tanto, uno debe ser cauteloso, o al menos cuidadoso, al tomar la sustancia. Se cree que los efectos secundarios de la equinácea podrían alterar el proceso metabólico de ciertos órganos internos, como el hígado. Si esta suposición fuera cierta, significaría que la equinácea podría hacer que el cuerpo absorba ciertos medicamentos recetados, ya sea demasiado rápido o demasiado lento.